Azúcar contaminada con fertilizante, aceitunas pintadas con sulfato de cobre para mejorar su apariencia, intestinos de pollo conservados en formol, carne de mono, y carne ilegal no apta para el consumo humano, miel adulterada y cacahuetes etiquetados como piñones.
Si usted piensa que la falsificación está limitada a los productos no perecederos, échele una buena mirada a su despensa. Los alimentos falsificados son cada vez más comunes. Y esto, porque el crimen organizado encontró otra veta de oro.

Sylvain Charlevoix, profesor en la Universidad Guelph, Ontario, y miembro del Consejo Asesor Nacional de la Agencia de Inspección Alimentaria de Canadá en Ottawa dice que usted probablemente sigue comiendo y bebiendo cosas que no son lo que usted cree que son.
“Cada vez que vamos afuera y realizamos algunas pruebas encontramos que nuestras muestras, en una proporción de entre 25 a 70 %, no reflejan necesariamente lo que está en la etiqueta. En el caso de la pizza de jamón y queso, encontramos que el queso no era queso o que el jamón no lo era, lo que es muy preocupante”.
Escuche
Recientemente, Interpol anunció su mayor incautación de alimentos falsificados y bebidas de todos los tiempos: más de 10.000 toneladas de alimentos falsificados y un millón de litros de bebida alterada. La agencia internacional de policía dice que el objetivo de la operación, con la participación de 57 países, fue interrumpir a las organizaciones criminales de todo el mundo. La policía de esos países se apoderó de todo, desde el azúcar con fertilizante al licor mezclado con ingredientes más baratos.
Chris Elliott es el fundador del Instituto para la Seguridad Alimentaria Mundial de la Universidad de Queen en Belfast, y experto en integridad de los alimentos.
Y por si usted se pregunta cómo es posible que las aceitunas pintadas, por ejemplo, puedan ser más lucrativas que la heroína, Elliot señala que el comercio de alimentación del mundo llegará a los 12 billones de dólares en los próximos dos años.
¿El porcentaje del fraude alimentario? Se sospecha que se sitúa entre el 5 al 10 por ciento del comercio. «Así que de 5 a diez por ciento de los 12 billones de dólares es mucho dinero», señala Chris Elliot entrevistado por el periodista de CBC Brent Bambury.

Además dice, la producción de alimentos es un proceso tan multinacional, complicado, que le otorga al crimen organizado muchas oportunidades.
«Hay muchas maneras de quebrar el sistema alimenticio. Usted puede interferir con la producción, puede interferir con el transporte, puede interferir con el tratamiento, cuantos más pasos hay entre la cosecha de los alimentos y nosotros que los comemos, les da a los criminales más oportunidades.»
El “doble turno”
Según la investigación llevada a cabo por Elliott, la mafia italiana se ha implicado en la distribución de falsos quesos y de aceite de oliva de alta calidad.
Los carteles de la droga en América Central también se están involucrando.
«Ellos compran grandes cantidades de alimentos de muy baja calidad y los re-etiquetan como productos de muy alto valor en los estantes de los supermercados».
En la mayoría de los casos, los propios supermercados ni siquiera son conscientes de que están vendiendo productos falsificados.
Otro hecho inquietante, los grandes sindicatos del crimen están comprando compañías enteras de procesamiento de alimentos, de acuerdo con Elliott. Durante el día se ocupan de los productos alimenticios reales, y por la noche están produciendo los productos falsificados. «Lo llaman el doble turno», dice Elliott.
Penas que hacen reír
El proceso de alimentos falsificados es atractivo también porque las sanciones si son atrapados son triviales en comparación con el tráfico de drogas o el tráfico de personas. «Las condenas más drásticas son entre uno y dos años», dice Elliott sobre las típicas sanciones por fraude de alimentos en Europa.
Los efectos de los alimentos falsificados se hacen sentir en todo el mundo. En Canadá hace un año, una investigación demostró que el comino se había contaminado con cáscaras de cacahuete, un grave riesgo para cualquier persona con una alergia al maní.
Las hierbas y especias son un objetivo particular. Los criminales les añaden colorantes industriales para aclarar los colores, lo que las hace parecer más atractivas. Sin embargo, los tintes son a menudo venenosos.
Elliott agrega que los estafadores están empezando a falsificar alimentos locales, cuyo mejor ejemplo es el de la miel Manuka. La miel, producida exclusivamente en Nueva Zelanda-considerada la más sabrosa en el mundo- tiene un precio demasiado elevado. Pero de acuerdo con un estudio, «resultó que había más miel de Manuka que se vendía en el Reino Unido únicamente que la que se estaba produciendo en todo el país de Nueva Zelanda», dice.
La globalización de los mercados ha hecho que las cadenas de comercialización sean cada vez más largas. Y cuanto más largas, más posibilidades hay de encontrar un agujero por donde colar una estafa. Muchos grupos tienen ramificaciones en varios países para mover mejor la mercancía falsificada. Tienen cómplices en puertos, aduanas, empresas de transporte y puntos de distribución, y además se relacionan con grupos de blanqueo de dinero.
Otros ejemplos de alimentos transformados
Entre los alimentos apócrifos detectados y con origen en China figura un arroz elaborado con plástico y detectado en 2013 en Singapur. Pruebas realizadas a paquetes de este producto, revelaron que la composición de este falso alimento es una mezcla de harina de papas, de camote y resina plástica industrial.
Entre los comestibles adulterados que tienen gran demanda están los fideos, hechos con cera de parafina, plástico y tinta para impresora. Estos productos han sido detectados en cargas que han llegado a Europa, principalmente con destino a Holanda y Alemania, procedentes de China y Rusia.
Otro producto adulterado es la cerveza. De acuerdo con la Interpol, los criminales adquieren cervezas baratas en países de Asia y Sudamérica y para hacerla rendir le agregan más agua, y para producir la espuma le agregan jabón, detergentes además de saborizantes.
Un artículo similar es el aceite de cocina. La policía de Colombia refirió un caso en 2014 en el que arrestó a varios miembros de un grupo criminal que compraba aceite usado en restaurantes al que luego lo ponían en filtros para quitar las impurezas. Para obtener el color claro parecido al aceite original, agregaban blanqueadores y químicos, y les colocaban etiquetas falsas parecidas al original para su venta.
Sobre las frutas y verduras, agencias que siguen de cerca las actividades del crimen organizado refieren que además del cultivo de la marihuana y amapola, varios grupos llevan a cabo siembra y cultivo de frutas como el kiwi, cuya semilla es adulterada genéticamente y mediante químicos, además de acelerar su crecimiento y producción se busca que mantenga su sabor, color y tamaño.
Entonces, ¿qué puede hacer un consumidor de comestibles? El consejo que Elliot da es sorprendentemente familiar:

«Lo que hago es comprar tantos productos locales como sea posible, ya que provienen de cadenas de suministro muy, muy simples.»
RCI/CBC/Internet
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.