Los rehenes del grupo terrorista Abu Sayyaf, entre ellos el canadiense Robert Hall, imploran en un video al nuevo presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, que haga todo lo posible para liberarlos.
Diciéndose «abandonado» por su gobierno, Robert Hall le pide al jefe de Estado negociar con sus secuestradores fuertemente armados a través de una persona llamada June, que se la puede contactar en la embajada canadiense en Manila.
«Fuimos humillados de diferentes maneras. Uno de nosotros fue muerto «, dice Robert Hall, refiriéndose a John Ridsel, otro canadiense decapitado en abril.
El grupo islamista exige millones de dólares en rescate a cambio de la liberación del Sr. Hall y otros rehenes, incluyendo el noruego Kjartan Sekkingstad.
Este último informó por su parte que él y los otros rehenes corren con el riesgo de ser ejecutado el 13 de junio si no se llega a un acuerdo con el grupo terrorista.
El primer ministro Justin Trudeau se ha negado al pago de un rescate a los secuestradores. «Pagar un rescate por los canadienses podría poner en peligro la vida de cada uno de los millones de canadienses que viven, trabajan y viajan alrededor del mundo cada año», argumentó.
Las autoridades filipinas dicen que han puesto en marcha una operación para rescatar a los rehenes, que estarían en la isla de Jolo, en la provincia de Sulu.
Radio Canada
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