«Estamos trabajando por una Colombia en paz, un sueño que está comenzando a convertirse en realidad.»
– El presidente de Colombia, Juan Miguel Santos
El Gobierno de Colombia y las FARC han anunciado en un comunicado que han llegado con éxito «al acuerdo del cese al fuego bilateral y definitivo, la dejación de las armas y las garantías de seguridad».
Aunque todavía no implica el fin definitivo de la guerra- establece un compromiso de las partes de dar por terminadas las hostilidades.
Tras más de 50 años de guerra, el enfrentamiento armado más longevo de América llega a su fin con más de seis millones de desplazados, más de 200.000 muertos y 45.000 desaparecidos.
En el acto oficial del 23 de junio en La Habana, se detallará el cronograma para el cese, las condiciones para la puesta en marcha de las zonas de concentración de los guerrilleros y la fórmula de dejación y entrega de las armas con garantías de seguridad para los desarmados.
Quedan por cerrar los capítulos que hacen referencia a la implementación, la verificación y la refrendación de los acuerdos.
Este acuerdo cuenta con un gran respaldo internacional y que el jueves se podrá constatar con la presencia del secretario general de Naciones Unidas en La Habana, Ban Ki-moon y de representantes de EE.UU., la Unión Europea y Noruega, así como los mandatarios de Cuba, Venezuela y Chile, entre otros.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya está preparado para supervisar y verificar el cese bilateral del fuego, incluyendo la entrega de las armas, a través de una misión política aprobada por el organismo el pasado enero. Las tareas durarán un año, con la posibilidad de extenderlas si lo piden el Gobierno y las FARC, y empezarán a contar tras la firma del acuerdo final de paz entre ambas partes.
Referendum sobre el acuerdo con las FARC

Las conversaciones de paz han sido accidentadas y se extendieron mucho más tiempo de lo que el presidente Santos o cualquier otra persona hubiera anticipado. Llegar a un acuerdo final, pondrá fin a la última gran insurgencia de América Latina, acusada de ser la principal proveedora de cocaína a los EE.UU.
Aun así, el Ejército de Liberación Nacional, ELN, mucho más pequeño y más recalcitrante tiene puntos de apoyo en algunas áreas y podría llenar el vacío dejado por las FARC. El ELN acordó un proceso de paz con el gobierno a principios de este año, pero esas conversaciones todavía no se iniciaron debido a la insistencia de Santos de que el grupo renuncie al secuestro.
Santos se ha comprometido a poner el acuerdo de las FARC en un referéndum para lo que los colombianos puedan expresar su opinión. Las encuestas de opinión muestran que las FARC son ampliamente despreciadas por los colombianos y la frustración con los rebeldes ha crecido a medida que las conversaciones se han prolongado, haciendo el trabajo de reconciliación mucho más difícil.
Como reflejo del pesimismo de algunos, las emisiones de noticias del mediodía a través de Colombia no le dieron mucha cobertura al progreso realizado en La Habana, sino a otro tipo de batalla: la semifinal del miércoles en el torneo de fútbol Copa América entre Colombia y Chile.
RCI/CBC/Internet
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