Los investigadores describieron los experimentos de escaneo cerebral llevados a cabo con ocho voluntarios que fueron escogidos porque sentían escalofríos en momentos particulares en algunas piezas musicales favoritas
Photo Credit: Peter Finnie / Nature

La música recompensa al cerebro como el sexo o las drogas

Ya se trate de Leonard Cohen o de Beethoven, a la gente le gusta la música por la misma razón que le gusta comer o tener relaciones sexuales: hace que el cerebro libere una sustancia química que da placer, según un estudio de la Universidad McGill de Montreal.

El nuevo estudio del Instituto Neurológico de Montreal y el Hospital Neuro de la Universidad McGill también revela que la anticipación de la música placentera induce la liberación de dopamina, como es el caso de los alimentos, drogas, y las señales sexuales. Publicado en la prestigiosa revista Nature Neuroscience, los resultados sugieren por qué la música, que no tiene valor de supervivencia obvio, es tan significativa a través de la sociedad humana.

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El estudio revela que la anticipación de la música placentera induce la liberación de dopamina, como es el caso con las señales sexuales. © McGill

Trabajos anteriores ya habían sugerido un papel de la dopamina, una sustancia que liberan las células del cerebro para comunicarse entre sí. Pero el nuevo trabajo, que escaneó los cerebros de las personas mientras escuchaban música, lo muestra cuando ocurría al mismo tiempo.

El vínculo con la dopamina ayuda a explicar por qué la música es tan ampliamente popular en todas las culturas, escriben Robert Zatorre y Valorie Salimpoor de la Universidad McGill en Montreal en un artículo publicado en línea recientemente por la revista Nature Neuroscience.

Estos resultados proporcionan evidencia neuroquímica de que intensas respuestas emocionales a la música involucran antiguos circuitos de recompensa en el cerebro «, dice el Dr. Robert Zatorre, neurocientífico de la Neuro de McGill. «Hasta donde sabemos, esta es la primera demostración de que una recompensa abstracta  como lo es la música puede dar lugar a la liberación de dopamina. Las recompensas abstractas son en gran parte de naturaleza cognitiva, y este estudio allana el camino hacia un trabajo futuro para examinar las recompensas no tangibles que los humanos consideran gratificantes por razones complejas».

Las voces son innecesarias para accionar la dopamina

El estudio utilizó sólo música instrumental, lo que demuestra que las voces no son necesarias para producir la respuesta de la dopamina, dijo Salimpoor. Se necesitarán más trabajo para estudiar cómo las voces pueden contribuir también al efecto del placer, dijo ella.

Los investigadores describieron los experimentos de escaneo cerebral llevados a cabo con ocho voluntarios que fueron escogidos porque sentían escalofríos en momentos particulares en algunas piezas musicales favoritas. Esa característica permitió que los experimentadores estudien cómo el cerebro maneja tanto la anticipación como la llegada de una parte de la pieza musical.

Los investigadores del Instituto Neurológico de Montreal, Valorie Salimpoor y Robert Zatorre. © (Instituto Neurológico de Montreal)

Los resultados sugieren además que las personas que disfrutan de la música, pero que no sienten escalofríos también experimentan los efectos de la dopamina, dijo Zatorre.

Los escáneres mostraron que los  cerebros de los participantes bombeaban más dopamina en una región llamada cuerpo estriado, también conocido como núcleo estriado, al escuchar piezas favoritas de música que al escuchar otras piezas. Imágenes por resonancia magnética mostraron dónde y cuándo ocurrieron esas liberaciones.

La dopamina se agitó en una parte del cuerpo estriado durante los 15 segundos previos a un momento emocionante, y en una parte diferente cuando llegó finalmente el punto musical esperado.

Zatorre dijo que eso tiene sentido: El área vinculada a la anticipación conecta con las partes del cerebro involucradas en hacer predicciones y en responder al medio ambiente, mientras que la zona de reacción hasta el momento pico en sí, está relacionada con el sistema límbico del cerebro, que está implicado en la emoción.

Los voluntarios del estudio eligieron una amplia gama de música – desde la clásica y el jazz punk, pasando por el tango e incluso gaitas. Los más populares fueron el Adagio de Barber para cuerdas, el segundo movimiento de la novena sinfonía de Beethoven y Clair de Lune  de Debussy.

Puesto que ya conocían las piezas musicales que escucharon, no fue posible determinar si la reacción de anticipación vino de la memoria o de la sensación natural de las personas que desarrollan  por la música, dijo Zatorre. Este ángulo está en estudio, también.

Harvard aplaude esta investigación

El Dr. Gottfried Schlaug, un experto en música y cerebro de la Escuela de Medicina de Harvard, afirmó que el estudio es «notable» por la combinación de técnicas que utiliza.

Aunque los expertos tenían indicios indirectos de que la música nutre el sistema de la dopamina, dijo él, la nueva investigación «realmente lo comprueba.»

La música no es la única experiencia cultural que afecta a los circuitos de recompensa del cerebro. Otros investigadores han demostrado recientemente un enlace cuando las personas analizan obras de arte.

Muestras de la música utilizada para el estudio, aquí.

RCI/Internet/McGill/CBC

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