Un incendio fuera de control continuó su avance en la provincia canadiense de Nueva Escocia, llegando el lunes a afectar una superficie de 240 hectáreas.
Así lo informó el ministerio provincial de Recursos Naturales, mientras las cuadrillas provenientes de diversas partes del país prosiguen sus esfuerzos para contener las llamas.
Un vocero del organismo dijo que los bomberos tuvieron que ser removidos de la zona de Seven Mile Lake para preservar su seguridad, al tiempo que los aviones hidrantes seguían luchando contra el fuego.

Según las autoridades, el siniestro no representa por el momento un riesgo para las comunidades de la zona, aunque las condiciones climáticas, con temperaturas altas y tiempo extremadamente seco, complican las tareas de contención.
Cerca de 50 personas, entre bomberos voluntarios y personal de Recursos Naturales, intentan limitar el avance del fuego, ayudados por camiones cisterna y otro equipamiento pesado, un avión hidrante de la provincia de Terranova y otros dos de Nuevo Brunswick, además de dos helicópteros.
En las próximas horas se sumaran otras dos naves enviadas desde Quebec.

Ante la situación, la provincia decidió limitar la actividad en sus bosques, como el campamento, la pesca y las caminatas.
Incendios de menor extensión en Maitland Bridge, Greenfield, Collingwood y Perch Lake pudieron ser contenidos por los cuadrillas de trabajo.
La agencia meteorológica canadiense prevé lluvias en la zona a partir del jueves, lo que llevaría el esperado alivio al área afectada.
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