Los incendios forestales alimentados por fuertes vientos pasaron cerca de la ciudad francesa de Marsella sin afectarla, pero destruyeron viviendas y al menos una escuela en otras dos localidades.
La voracidad del fuego obligó a la evacuación de numerosos pobladores.
Las autopistas más importantes fueron reservadas para el desplazamiento de los bomberos. El aeropuerto de Marsella desvió sus vuelos hacia otras estaciones aéreas, de manera de despejar los cielos para facilitar el trabajo de las naves que combaten las llamas.
Las autoridades advirtieron que los vientos aún presentes significan que no terminó el peligro para algunas poblaciones de la región.

Cientos de evacuados pasaron la noche en gimnasios, al tiempo que los responsables de las localidades de Pennes-Mirabeau y Vitrolles evaluaban el alcance de los daños producidos por el siniestro.
El fuego comenzó en Rognac, al norte de Vitrolles, pero la causa aún no pudo establecerse.
Las autoridades confirmaron al menos 6 heridos, entre ellos 3 bomberos, que fueron afectados cuando combatían otro siniestro en el departamento vecino de l’Héreault.

Una situación similar se vive también en Portugal, donde se contabilizaron poco menos de 200 focos de incendios, entre ellos 12 fuera de control.
La policía arrestó a dos personas en relación con las llamas que comenzaron en el archipiélago portugués de Madeira.
También en España, incendios importantes afectan a la región de Galicia, en el noroeste del país.

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