El presidente de Francia, François Hollande, será recibido el martes 16 de agosto por el papa, para discutir, principalmente, sobre el asesinato de un sacerdote en el oeste del país.
El encuentro se concretará mediante una audiencia privada que tendrá lugar en el Vaticano.
La visita se producirá tras los hechos ocurridos en la localidad francesa de Saint-Étienne-du-Rouvray, donde un religioso fue degollado el 26 de julio último en su iglesia, mientras oficiaba una misa matutina, en un atentado reivindicado por la agrupación terrorista Estado Islámico.
El anuncio se produjo en momentos en que los franceses católicos celebran la denominada Asunción y rezan por Francia, especialmente en la ciudad de Lourdes, que se encuentra blindada por las fuerzas de seguridad, debido a la amenaza terrorista, tres semanas después de que el sacerdote fuera ultimado.
Los católicos franceses se muestran cada vez más desconfiados en relación con el Islam, según un análisis publicado por el diario Le Monde, que habla de un endurecimiento de la actitud de los creyentes tras el crimen del religioso Jacques Hamel.
Según la publicación, al menos el 45 por ciento de los católicos del país opina que las prácticas islámicas representan una amenaza. Un año antes, esa cifra se ubicaba en el 33 por ciento.
Hollande llegará a Roma tras presidir una nueva reunión de un grupo reducido del Consejo de Seguridad y de Defensa, destinado a evaluar la marcha de la lucha contra el terrorismo.
Los franceses se encuentran en estado de conmoción tras la ola de atentados que sacudió el país desde fines de 2015, cuando un grupo con armas y explosivos llevó a cabo ataques en pleno París.
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