Siete oficiales de policía de Chicago deberían ser despedidos por haber presentado informes falsos, en el caso de la muerte del adolescente negro Laquan McDonald, ocurrido en octubre de 2014, sostuvo el superintendente de la fuerza.
La declaración del alto mando policial tiene como objetivo reparar la dañada reputación de la fuerza de seguridad, inmersa desde hace décadas en diversos escándalos.

La difusión de un reporte policial el año último, que contradecía la evidencia en video de la balacera que le costó la vida a McDonald, cuando un policía blanco le disparó, puso sobre el tapete la red de cobertura que existe dentro del cuerpo, llegando a constituir un verdadero “código de silencio”, para permitir que los oficiales que han cometido faltas puedan escapar a los posibles castigos.
El superintendente Eddie Johnson sostuvo que, luego de revisar documentos, videos y otras evidencias, decidió aceptar la recomendación del inspector general de la ciudad de echar a los 7 agentes, debido a su actuación en relación con el incidente.

Según lo establecieron las autoridades, los implicados violaron la regla número 14, que prohíbe la realización de informes falsos, ya sean escritos u orales.
La víctima fue baleada en un incidente con los efectivos, y una grabación en video muestra que uno de los agentes le disparó 16 veces cuando ya estaba tendida en el piso y sin moverse, mientras que los policías declararon en su informe que el joven continuaba amenazándolos con un cuchillo.
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