La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), anunció su intención de enviar 500 observadores internacionales para las elecciones presidenciales en Estados Unidos en noviembre próximo.
De ese modo, el organismo prevé un despliegue que supera en 10 veces al llevado a cabo en los últimos comicios, celebrados en 2012.
En el documento presentado ante la entidad, 200 grupos defensores de los derechos de la persona llaman a la OSCE a enviar supervisores incluso en una cantidad mayor.
Entre los argumentos esgrimidos por los solicitantes figura que el rol de la entidad “será crucial”, ya que el departamento de Justicia estadounidense tiene previsto disminuir sus propios observadores.
Los organismos defensores de los derechos civiles estiman que los electores corren el riesgo de enfrentarse a prejuicios ligados a su origen étnico, en razón de las normas adoptadas recientemente en varios estados, tras el fallo de la Corte Suprema que anuló parte de la ley destinada a garantizar el derecho al voto y a combatir la discriminación.
El pedido a la OSCE reclama concentrar los esfuerzos en 8 estados, principalmente en Pensilvania y Carolina del Norte, donde se podrían producir casos de intimidación contra los votantes, sostiene la Conferencia sobre Liderazgo en Derechos Civiles y Humanos, una de las firmantes del documento.
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