Por lo menos 10.000 personas han muerto en los 18 meses de la guerra civil que desgarra a Yemen. Así lo informó este martes la ONU. Este número de víctimas es casi el doble de los 6.000 muertos calculados por funcionarios y trabajadores humanitarios durante gran parte de 2016.
La guerra civil enfrenta al grupo de los hutíes, aliado con Irán, y a los seguidores del ex presidente Ali Abdullah Saleh contra el ex presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi, que tiene el apoyo de una alianza de Estados árabes, liderada por el reino fundamentalista de Arabia Saudita.
La nueva cifra se basa en información médica de centros médicos en Yemen, dijo el coordinador humanitario de la ONU, Jamie McGoldrick, durante una rueda de prensa en Saná. La cifra de muertos podría ser mayor ya que algunas áreas de Yemen no cuentan con centros médicos y porque muchas veces los muertos son enterrados sin que se registre oficialmente el deceso.
La oficina de Derechos Humanos de la ONU dijo la semana pasada que en el conflicto han muerto unos 3.799 civiles y que los ataques aéreos de la coalición liderada por los saudíes son responsables de un 60 por ciento de las muertes.
McGoldrick señaló que el conflicto provocó el desplazamiento de unos tres millones de yemeníes y ha obligado a unas 200.000 personas a buscar refugio en otros países. Unos 14 millones de los 26 millones de habitantes de Yemen necesita ayuda alimentaria y unos 7 millones se han visto afectados por la inseguridad alimenticia.
Las conversaciones de paz arbitradas por la ONU a comienzos de mes no produjeron ningún resultado favorable a la paz y tampoco se lograron acuerdos para una nueva ronda de diálogo. El colapso de las negociaciones fue seguido por un recrudecimiento del conflicto en Yemen.
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