El retrato de la Madre Teresa en la plaza San Pedro en el Vaticano

El retrato de la Madre Teresa en la plaza San Pedro en el Vaticano
Photo Credit: Stefano Rellandini/Reuters

El problema con la Madre Teresa

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La reciente canonización de la Madre Teresa por parte del Vaticano es materia para un comentario en la prensa canadiense. Escrito por Michael Coren y publicado esta semana en el periódico de mayor tiraje en Canadá, el Toronto Star, el texto señala que las interrogantes sobre la famosa monja permanecen vigentes.

Mi primer trabajo en el periodismo fue en la revista New Statesman en Gran Bretaña en la década de 1980, escribe Michael Coren en el periódico de Toronto. Una de las primeras personas que conoció allí fue Christopher Hitchens, que tenía poca paciencia para los tontos o los fraudes.

Uno de los más famosos fraudes era, según Hitchens, una mujer santificada por la Iglesia Católica Romana. Se trata de la Madre Teresa, nacida en Albania con el nombre de Anjezë Gonxhe Bojaxhiu. Para muchos ella encarna lo mejor del cristianismo. Hitchens opinaba lo contrario. Escribió un libro sobre la Madre Teresa, llamado “La posición del misionero”, destacando que esta monja era más una fuerza del mal que del bien.

La Madre Teresa en 1960
La Madre Teresa en 1960 © GI/Keystone Features

Yo no soy tan audaz, ni podría ser tan brillante como Christopher Hitchens, escribe Michael Coren, pero creo que él tenía buenos argumentos. Uno de ellos era que la Madre Teresa proporcionaba una atención médica de calidad inferior, que tomaba el dinero de dictadores y criminales con quienes tenía relaciones muy cordiales. Otro argumento es que imponía su fe a personas vulnerables y enfermas y animaba a los periodistas católicos occidentales a que la describan como divina.

Existen muchas preguntas sin respuesta sobre el nivel de ayuda que los pobres de Calcuta realmente recibieron y no queda la menor duda que Teresa recibía bastante financiamiento de parte de personajes brutales como el dictador Jean-Claude Duvalier de Haití, que robó una fortuna a su propio pueblo mientras éste vivía en la pobreza. Teresa no sólo tomo el dinero de Duvalier sino que además lo reconoció y celebró como un gran líder. Ella también elogió al repugnante déspota albanés Enver Hoxha, depositando flores en su tumba. También aceptó donaciones del editor y criminal británico Robert Maxwell.

El caso del empresario Charles Keating es particularmente preocupante. Él le dio millones de dólares a Teresa y le permitió el uso de su jet privado para su visita a Estados Unidos. A pesar de que Keating fue enviado a la cárcel por más de cuatro años por fraude, y que miles de personas sufrieron por lo que él hizo, Teresa no devolvió ni un solo centavo del dinero donado.

También existen problemas ideológicos y sistémicos en torno a la Madre Teresa, escribe Michael Coren en el Toronto Star. Ella hizo campaña contra el uso de anticonceptivos en un país devastado por la sobrepoblación y está demás mencionar que se oponía vehemente al derecho al aborto. Su motivación era más conservadora católica que progresivamente humana. «Creo que es hermoso que los pobres acepten su suerte, para compartirlo con la pasión de Cristo», dijo Teresa. Otra de sus frases era: «Creo que el mundo está siendo ayudado por el sufrimiento de los pobres.» No es así como se sienten los pobres al ver a sus bebés muriendo en sus brazos, publica el Toronto Star.

Es importante destacar que hay innumerables grupos católicos y cristianos llevando a cabo un trabajo excepcional en India y en otros lugares que no adoptan los puntos de vista reaccionarios de Teresa ni sus métodos dudosos. Son grupos que no tienen o no quieren el grado de relaciones públicas que ella disfrutaba, dice el comentario en la prensa canadiense escrito por Michael Coren.

Algunos de los programas sociales más exitosos en la India son financiados por gobiernos occidentales que también promueven la planificación familiar, la igualdad de derechos para las comunidades LGBTQ y el derecho al divorcio, todas estas medidas a las que se opusieron no solo la nueva santa pero también su iglesia. Más aún, la mayor parte del trabajo positivo y desinteresado en la India lo están llevando a cabo los hindúes y los musulmanes de la India, y no los cristianos blancos.

La ceremonia anunciando al mundo que se puede rezar y reverenciar a la nueva santa Madre Teresa se llevará a cabo en un Vaticano que posee una inmensa riqueza en pinturas, manuscritos, estatuas, además de las inversiones. Esta escena está más allá de comprensión, comenta Michael Coren, quien añade que a pesar de unos pocos cambios cosméticos llevados a cabo por el Papa Francisco, no hay ninguna indicación de que esta situación va a cambiar.

La cegadora yuxtaposición entre lo que la pequeña mujer albanesa supuestamente debía representar y la realidad romana es, francamente, escandalosa.

El arzobispo brasileño Helder Camara
El arzobispo brasileño Helder Camara © Wikimedia

Fue otro católico, el arzobispo brasileño Helder Camara, que dijo: «Cuando doy comida a los pobres, me llaman un santo. Cuando pregunto por qué los pobres no tienen comida, me llaman comunista.» Pero él y su teología de la liberación no eran populares con un Papado que aceptó en su seno a una mujer que se negó a hacer las preguntas correctas, que excusó a los culpables y que ignoró las causas, dice finalmente el comentario escrito por Michael Coren en el periódico canadiense Toronto Star sobre la santificación de la monja albanesa.

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Categorías: Internacional, Política
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