El gobierno de Venezuela reeditó un recurso poco convencional para poner fin a la violencia provocada por el uso de armas de fuego.
Las autoridades lanzaron un plan de canje, en el que entregan electrodomésticos como hornos a microondas, televisores o máquinas de lavar a cambio de las armas.
La medida se inscribe en un plan de desarme voluntario lanzado en septiembre por la administración nacional.
En un acto llevado a cabo en la denominada “jornada del desarme”, el ministro del Interior, Néstor Reverol, entregó un bono para obtener un televisor a una persona que rindió voluntariamente su armamento.
En el curso del evento fueron destruidas 561 armas de fuego que habían estado en poder de particulares.
Entre los dispositivos que ya han sido intercambiados figuran pistolas, carabinas, fusiles e incluso metralletas. Todos ellos fueron inutilizados por una prensa hidráulica que los trituró.
Aunque original, resta ver si la iniciativa podrá contribuir a poner freno a la violencia armada que sacude el país. Sólo en 2015 se registraron 17.778 homicidios, según datos del ministerio público, lo que implica una tasa de 58,1 asesinatos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media mundial se ubica en 8,9 homicidios.
Según el ministerio del Interior, 1.130 personas a nivel nacional decidieron participar del plan hasta el momento, totalizando 18.000 armas destruidas desde que la iniciativa se implementó en enero último.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.