Para ese entonces, Marcelo Solervicens era un joven estudiante de Medicina en la Universidad de Concepción en Talcahuano, unos 500 kilómetros al sur de la capital, Santiago.
Como muchísimos estudiantes y jóvenes chilenos de su edad, en ese momento participaba activamente en apoyo al proceso que se había iniciado con la Unidad Popular y la elección del presidente Salvador Allende en 1970.
Escuche“El contexto de la situación en el momento del golpe, que fue el día martes 11 de septiembre de 1973, era bastante tenso y existían desde ya varios antecedentes de que iba a haber una situación grave. Todo el mundo, todos esperábamos que quizá se resolviera políticamente o que pudiese haber una salida que no fuera la que ocurrió”.

“Pero finalmente, aunque se esperaba, el día del golpe mismo fue una sorpresa para todos por el trabajo militar que hicieron. Como decía, yo vivía en Talcahuano y ese mismo día al levantarnos, desde la 6 de la mañana ya estaba todo ocupado hasta la esquina. Era un lugar urbano donde yo vivía y hasta en la esquina había militares, marinos en este caso”,
“Y en ese minuto, escuchaba también la radio, que había sido tomada por parte de los golpistas, y alcancé yo a escuchar lo que fue el último discurso de Salvador Allende esa mañana, antes precisamente que bombardearan la moneda”.
Así comenzó mi conversación con el Doctor en Ciencias Políticas y analista político chileno-canadiense, Marcelo Solervicens, sobre sus recuerdos de lo que fue para él ese fatídico martes del 11 de septiembre de 1973.
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