Tal vez no le llamará la atención escuchar que algunas políticas gubernamentales se construyen en base a premisas basadas en que las mujeres son las víctimas más comunes de violencia doméstica. Pero lo que puede sorprenderle es que esa premisa no sea verdad. Don Dutton es profesor de sicología en la Universidad de Columbia Británica y él dice que la política del gobierno en ese tema necesita una seria actualización.
“Quiero que el gobierno canadiense repiense realmente su política y salga del único punto de vista, el de la policía….tiene que apoyarse en más evidencia de la que ya tienen…. Y que está basada en los años 70 y que dice que las únicas víctimas de violencia familiar son las mujeres y que cuando las mujeres usan la violencia familiar es siempre en defensa propia”.
Dutton dice que las evidencias muestran que la violencia doméstica no es principalmente cometida por los hombres contra las mujeres.

Cuando la gente se refiere a la violencia en las relaciones, por lo general se habla de abuso, que incluye una gama de comportamientos que pueden ir de la intimidación y amenazas, al asalto físico o sexual.
Pero la violencia doméstica es tratada generalmente como el abuso ejercido principalmente por los hombres contra las mujeres – y, en consecuencia-esa suposición, guía las políticas públicas.
Sarah Desmarais está de acuerdo con el profesor Dutton. Ella es canadiense y profesora asociada de Psicología en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y dice que esa presunción es incorrecta. La psicóloga forense estudia la violencia de pareja desde hace años, y en esta entrevista que le dio a Jim Brown de CBC, explica lo que muestra su investigación.

¿Cuáles son los números reales sobre la violencia doméstica entre hombres y mujeres?
Sobre la base de proporciones, que analizamos a través de estudios publicados durante un período de diez años, parece que la tasa media de la violencia perpetrada por los hombres e n las relaciones de pareja se sitúa en alrededor del 22 por ciento, y por las mujeres, se encontró que rondaba el 28 por ciento. Esto en términos de proporción de actos cometidos, pero si dejamos eso de lado y observamos sólo la tasa de victimización, cerca del 23 por ciento de las mujeres informaron que fueron víctimas en las relaciones, mientras que el promedio para los hombres fue de alrededor del 19 por ciento.
¿Así que no hay mucha diferencia?
No, y creo que eso es lo sorprendente en este tipo de hallazgo en esta área de trabajo, es que las tasas son mucho más similares que diferentes.
Ahora ¿cuánta confianza tiene en que estos números son fiables, porque imagino que una gran cantidad de violencia doméstica no es denunciada, ya sea por la víctima o el autor?
Hay algunas razones por las que creemos que estos números son bastante fiables y válidos. La primera es que se trata de una investigación, y no de estadísticas del crimen reportados a nivel nacional. Estos son estudios en los que hombres y mujeres están informando, hablando, por lo general a investigadores, sobre la proporción de violencia que están sufriendo, o en la que están comprometidos en sus propias relaciones. La otra razón es que estos números son bastante consistentes entre otros estudios, e incluso entre países.
Así que si un poco más del 20 por ciento de las mujeres dicen que han sido víctima de violencia doméstica, y un poco menos del 20 por ciento de los hombres dicen lo mismo, ¿por qué cree que nosotros asumimos simplemente que la violencia doméstica es una calle de una sola vía, de hombres contra las mujeres?
Bueno, yo creo que, históricamente, el relato ha sido siempre, o por lo menos en los últimos años, sobre esta perpetración de la violencia de los hombres contra las mujeres. Y la narrativa que a menudo se escucha es que se trata del uso del poder y control en las relaciones por parte de los hombres. Y que la violencia es usada para obtener ese poder y el control. Pero creo que lo que dejamos de mirar aquí es que hay muchas motivaciones diferentes para la violencia y que sin duda es posible que las mujeres estén usando también la violencia en las relaciones.
Ahora, cuando comparamos la violencia cometida por hombres en las relaciones y la violencia cometida por mujeres, ¿estamos comparando aquí manzanas con manzanas?
Bueno, esa es una muy buena pregunta y por desgracia, no pudimos aislarla en esta revisión de los trabajos. Lo que sí encontramos es que a pesar de que las tasas son similares, son diferentes en función de su gravedad y también en la probabilidad de que van a causar una lesión. Y eso no quiere decir, por ejemplo, que una mujer no pueda participar en un acto violento grave que resulte en lesiones contra un compañero masculino, pero la realidad es, por algunas razones bastante obvias, que las mujeres tienen simplemente más posibilidades de ser víctimas. Por lo general son más pequeñas que sus compañeros y los hombres por lo general utilizan formas más graves de violencia.
Entonces, teóricamente, ¿es posible que estemos comparando manzanas con naranjas?
Sin duda. Creo que una de las cosas que es muy confusa en esta área de investigación es definir exactamente a qué llamamos violencia.
Si, en tanto que sociedad, estamos haciendo suposiciones erróneas, ¿qué problemas podemos estar creando?
Bueno, creo que los daños son múltiples. Podríamos observar la falta de servicios que tendrían que estar disponibles. Incluso si los hombres están realmente perpetrando formas más graves de violencia y nuestra investigación sugiere que también pueden ser víctimas de la violencia, existen mucho menos servicios disponibles, y también acciones legales que pueden ser tomadas por un hombre que está siendo víctima.
La idea de que los hombres son probablemente víctimas de violencia doméstica es parte del mensaje que se oye de los «grupos de derechos de los hombres» todo el tiempo, y esos mensajes a menudo no se toman en serio. ¿Hay que tomarlos en serio?
Creo que es absolutamente necesario estar centrado en lo que conocemos, en la información de que brinda la investigación, como base para nuestra comprensión de lo que está pasando en las relaciones. Y creo que parte del problema que se produce cuando un grupo de defensa se escuda detrás de una determinada posición, es gente que quiere rechazar esa posición con este tipo de grupos de defensa o de «derechos». Pero lo que realmente hace es un flaco favor a la realidad.
La violencia contra los hombres toma diferentes formas
Los maltratos hacia el hombre pueden consistir en: abusos verbales, humillaciones, calumnias e infamias, amenazas de denuncias aprovechando la protección de la mujer en este sentido, amenazas con impedir ver a sus hijos
Un hombre maltratado se enfrenta a múltiples obstáculos: no dispone de los recursos que tiene la mujer para pedir ayuda, se enfrenta al escepticismo de la policía, a las trabas para reclamar la custodia de sus hijos… En definitiva, si se llega a este caso, lo tiene bastante más difícil.
RCI/Internet/CBC
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