En una entrega anterior hablamos de los canadienses que se van a vivir al exterior.
En este caso se trata de una montrealense que decidió poner proa varios miles de kilómetros hacia el sur y se radicó en Argentina.
El deseo de perfeccionar el conocimiento del idioma español fue la razón inicial del desplazamiento, aunque detrás se mantuvo latente el impulso de esta viajera incansable por conocer y experimentar nuevos paisajes y costumbres.

Buenos Aires la sorprendió no sólo por su gran tamaño, sino por la intensa vida cultural y social que se desarrolla en la urbe, que hicieron que la capital argentina no le pareciera tan distinta a su Montreal natal.
También se asombró con la pasión y la proximidad en las relaciones humanas: «¡como se da besos y abrazos acá para saludar, no lo podía creer al principio!», señala.
De su tierra de origen rescata la estabilidad económica y política, que la distancia le ayudó a apreciar mejor.
Desde Buenos Aires aprovechó para visitar distintos puntos del país y otras naciones sudamericanas.

Necesitada de un poco de sosiego, acaba de mudarse a Córdoba, en el centro de Argentina, donde se encontró con paisajes y ritmos de vida que encuentra más comparables a los de Quebec.
Florence Gagnon nos cuenta su experiencia en la tierra del mate, el asado y el fútbol en diálogo con Luis Laborda.
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