Para nosotros está bastante claro que lo que se viene va a ser un golpe duro para la clase trabajadora, los movimientos sociales, indígenas, las mujeres, los negros, la diversidad sexual
–Amelia Orellana, responsable de las acciones urgentes del CDHAL
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El Comité para los Derechos Humanos en América latina publicó un informe que denuncia la situación política de Brasil luego de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en el mes de agosto pasado. El CDAHL hace un llamado al gobierno canadiense para que tenga una posición clara respecto al actual gobierno brasileño.
Cincuenta y dos años después del golpe militar de 1964, que estableció una dictadura que duró 21 años, los brasileños se enfrentan nuevamente a un golpe de estado, esta vez institucional, orquestados por el Congreso y que tuvo como objetivo establecer una agenda neoliberal de privatizaciones y de retroceso de los avances obtenidos en el plano social obtenida a través de años de luchas y movilizaciones de la población. Esto lo dice el CDHAL. Y a ese respecto conversamos con Amelia Orellana, responsable de las acciones urgentes del CDHAL.
No es la primera vez que CDHAL manifiesta su profunda preocupación tras el golpe de Estado parlamentario el 31 de agosto en Brasil contra el gobierno elegido de la presidente, Dilma Rousseff, representante del Partido de los trabajadores.
Estamos bastante preocupados. Hemos seguido la situación con los movimientos sociales con los cuales trabajamos y que nos mantienen al tanto, y para nosotros está bastante claro que lo que se viene va a ser un golpe duro para la clase trabajadora, los movimientos sociales, indígenas, las mujeres, los negros, la diversidad sexual.
La ola de privatización ya anunciada por Michel Temer, con la venta de 32 proyectos nacionales, apunta sobre todo el sector de la energía, especialmente a la industria del petróleo, actualmente administrada por la empresa estatal Petrobras, y a la industria eléctrica, también nacional, abriendo la puerta a las inversiones de las empresas transnacionales en Brasil.
Lo que les preocupa sobremanera a los movimientos sociales en Brasil son las represas y el tema energético. Están muy conscientes de lo que significa la privatización de los recursos. Durante los años de gobierno del PT ellos hicieron manifestaciones constantes para conquistar ciertos derechos. Y saben que si las represas, las industrias petroleras se privatizan, abren aún más las puertas a la explotación, a problemas técnicos, a derrumbes…”
El CDHAL insta al gobierno de Canadá a denunciar el golpe parlamentario orquestado por Michel Temer, y su equipo, y cuestionar sus inversiones y su colaboración con el gobierno de Brasil en su composición actual.
En junio, junto con varios organismos, habíamos enviado una carta al gobierno canadiense pidiendo que no reconozca al gobierno ilegal de Michel Temer …que reconozca que es un golpe y también que respete sus compromisos en términos de protección de la democracia, los derechos de la persona, los derechos ambientales, la justicia, y que denuncie el proceso ilegítimo que llevo a Temer a la presidencia…creemos que Canadá, con todo el papel que tiene en el continente debe tomar posición y denunciar el gobierno ilegítimo de Temer.
La respuesta del gobierno canadiense fue que tenía confianza en el gobierno democrático brasileño.
El Comité para los Derechos Humanos en América Latina nació en 1976 en Quebec, con motivo de los golpes en Chile y Argentina, en respuesta a las numerosas violaciones de los derechos humanos cometidas por los gobierno de facto.
En la redacción del comunicado del CDHAL ayudó con la información el grupo Coletivo Brasil Montreal, formado por brasileños y brasileñas preocupados por la situación política en Brasil.
Esto y más en la entrevista que Amelia Orellana, responsable de las acciones urgentes del CDHAL, le dio a Leonora Chapman.
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