El venezolano Arturo Sosa Abascal fue elegido a la cabeza de los jesuitas, la orden religiosa más influyente y la más importante de la iglesia católica, a la que pertenece también el papa Francisco.
A los 67 años de edad, Sosa Abascal se convierte en el 31 superior general de la Compañía de Jesús, fundada en 1540 por Ignacio de Loyola, y el primer sudamericano que accede a esa jerarquía.
Los 17.000 miembros con los que cuenta en la actualidad la orden tienen por vocación promover la educación y la justicia social. La compañía dirige algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, como la de Georgetown, en Washington, Estados Unidos.

Los jesuitas también se encuentran implicados en la defensa de los derechos de la persona y en la acción humanitaria. El servicio que la congregación que se ocupa de los refugiados y ofrece auxilio a los inmigrantes y a los demandantes de asilo se encuentra presente en 50 países.
En ocasiones, el superior general de los jesuitas ha sido identificado como el “papa negro”, debido al color del hábito y a su elección de por vida en el puesto.
A pesar de su nombramiento a perpetuidad, los dos últimos jerarcas de la orden renunciaron a sus funciones al cumplir 80 años de edad.
Arturo Sosa Abascal sucede en el puesto al español Adolfo Nicolás y se ubica como el latinoamericano de mayor rango dentro de la iglesia católica aparte del propio papa Francisco, de origen argentino.
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