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¿Enojado, estresado? No haga ejercicio intenso

Recomendamos que una persona que está enojada o molesta y que quiere hacer ejercicio para despejar la mente no vaya de su rutina normal a los extremos de la actividad.«

Dr. Andrew Smyth, Universidad McMaster 

Si está enojado o estresado, es mejor que se calme antes de salir a correr o hacer ejercicio. Un esfuerzo intenso estando estresado o enojado puede triplicar el riesgo de sufrir un ataque al corazón en el espacio de una hora, indica un estudio canadiense de la Universidad McMaster.

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Un amplio estudio internacional publicado el lunes 10 de octubre 2016, indica que esfuerzos intensos mientras está estresado o enojado triplica riesgo de tener un ataque al corazón en una hora. ©  (Clinton Lewis / Associated Press)

¿Vió alguna vez  esas escenas de películas donde un individuo está discutiendo con otra persona mientras lanza objetos contra una camioneta, y luego se desploma por un ataque al corazón? Eso puede suceder, dicen investigadores de la Universidad McMaster, en Ontario.

El ejercicio es un remedio conocido por el estrés y es un antídoto eficaz para prevenir las enfermedades del corazón – el mayor problema- es que las personas no lo practican lo suficiente.

Sin embargo, una nueva investigación internacional liderada por el Dr. Andrew Smyth del Instituto de Investigación sobre Salud de la Población de la Universidad McMaster, sugiere que podrían haber buenos y malos momentos para practicarlo y que los extremos podrían, por el contrario,  dañar a la persona.

El estudio fue publicado esta semana  en la revista de la Asociación Americana de enfermedades del corazón.

Barry Jacobs, psicólogo en los centros hospitalarios Crozer-Keystone en Filadelfia indicó que el estudio demostraba una vez más la relación entre la mente y el cuerpo.

Un estudio más avanzado

Dr. Andrew Smyth of McMaster University © McMaster University

Otras investigaciones han abordado la relación entre la ira y el esfuerzo, pero la mayoría o tenía una muestra modesta o se había llevado a cabo en un solo país.

El nuevo estudio observó a 12.461 personas de 52 países que han sufrido un primer ataque al corazón.  La edad media fue de 58 años y tres cuartas partes de los casos eran varones.

Los pacientes completaron una encuesta para determinar si estaban enojados o molestos y si habían producido un esfuerzo  físico una hora antes del episodio de infarto.

Las personas que estaban enojadas o molestas y que habían realizado esfuerzo físico tenían tres veces más riesgo de sufrir problemas cardíacos. El riesgo fue más alto entre las 18 horas y la medianoche y los resultados fueron independientes de otros factores como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la obesidad.

Smyth dijo que cree que los disparadores emocionales y físicos extremos tienen efectos perniciosos en el cuerpo.

«Ambos pueden aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, cambiando el flujo de sangre a través de los vasos sanguíneos y reduciendo el suministro de sangre al corazón,» dijo. «Esto es particularmente importante en los vasos sanguíneos ya achicados por la placa, lo que podría bloquear el flujo de sangre que conduce a un ataque al corazón.

«La actividad física regular tiene muchos beneficios para la salud, incluyendo la prevención de enfermedades del corazón, por lo que queremos que esto continúe», dijo. «Sin embargo, recomendamos que una persona que está enojada o molesta y que quiere hacer ejercicio para despejar la mente no vaya de su rutina normal a los extremos de la actividad.»

Ahora bien, los investigadores dicen que  se debe tener en cuenta dos problemas potenciales con el estudio. Los pacientes informaron ellos mismos sobre su ira o estrés y algunas personas que vienen de sufrir un ataque al corazón tienden a pensar que han experimentado estos síntomas antes del episodio. Por otra parte, el esfuerzo físico puede ser percibido de manera diferente de un paciente a otro – una actividad física exigente puede ser para algunos subir escaleras mientras que para otros es correr un maratón.

También se trata de un estudio de observación; no se puede hacer un vínculo de  causa y efecto.

El estudio fue financiado por los Institutos Canadienses de Investigación en Salud,  otros organismos gubernamentales de diversos países que participaron, y por donaciones de varias compañías farmacéuticas.

RCI con información de CBC/McMaster

Categorías: Salud, Sociedad
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