Las autoridades mexicanas interceptaron un camión en el sur del país, que trasladaba a 121 migrantes con signos de asfixia y deshidratación, según información difundida el jueves por el Instituto Nacional de migración.
Los oficiales detuvieron el rodado en un operativo de rutina en el estado sureño de Tabasco y se percataron de la presencia de personas en el interior del vehículo al escuchar gritos pidiendo auxilio.
Del total de personas rescatadas, 55 son menores de edad, 23 niñas y 32 varones.

Según pudieron establecer los agentes, cada uno de los migrantes pagó entre 3.000 y 5.000 dólares para ser transportado a través de México y con destino a Estados Unidos. Los ilegales habían recibido instrucciones de no comer ni beber durante la travesía, para no ser detectados por las patrullas de control.
Los traficantes de personas utilizan de manera cada vez más frecuente camiones para transportar migrantes sin ser detectados por las autoridades, lo que ha obligado a México a incrementar sus esfuerzos para impedir el agravamiento de la situación, que tuvo uno de sus picos con la crisis de niños migrantes en 2014, en la frontera con Estados Unidos.

Durante 2016, el número de menores que se trasladan sin compañía de adultos, como así también la cantidad de familias detenidas en la frontera estadounidense totalizó 137.366 personas, sobrepasando las marcas registradas en años anteriores.
México debe hacer frente a una cantidad también creciente de personas provenientes de diversos países de América Latina, que intentan atravesar su territorio de manera ilegal para llegar a Estados Unidos. El fenómeno amenaza con extender la violencia de los grupos delictivos que se dedican al tráfico de personas en suelo mexicano.
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