El primer ministro de Canadá se declaró dispuesto a trabajar con el electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Justin Trudeau aseguró que estaba “impaciente de trabajar -de manera cercana- con el elegido presidente Trump, su administración y el Congreso de Estados Unidos durante los próximos años”.
El primer ministro canadiense avanzó que los temas prioritarios serían el comercio, la inversión, la paz y la seguridad internacional.
La felicidad de conservadores y el regreso del oleoducto
“El presidente electo Donald Trump dijo que apoyaba el oleoducto Keystone XL, al igual que le primer ministro de Canadá. El Partido Conservador exhorta al primer ministro para que se comunique lo antes posible con el elegido presidente Trump y hacer de la aprobación de ese proyecto, creador de empleo, una prioridad absoluta”. Rona Ambrose, jefe encargada del Partido Conservador Canadiense.
El oleoducto en mención atravesaría una parte de Canadá y llegaría hasta Estados Unidos transportando crudo.
Sin embargo, ese proyecto tuvo que suspenderse debido a una decisión de la administración de Barack Obama que consideró válida la posición de muchas organizaciones medioambientalistas, Estados y organizaciones sociales que se oponían al mismo.
Preocupación en Quebec
Los partidos políticos de la provincia de Quebec, a su turno, estuvieron de acuerdo en afirmar que la elección de Trump abre “un período de incertidumbre” que podría tener un impacto en la economía de esa región, especialmente en la comercialización de madera para la construcción.
El primer ministro provincial –Philippe Couillard- aseguró que el electo presidente estadounidense logró canalizar “un voto de miedo, de protesta, en un mundo que cambia rápidamente” gracias –según el primer ministro provincial- a la mundialización y las nuevas tecnologías.
El jefe de la oposición oficial –el independentista Partido Quebequense- dijo que la “democracia estadounidense habló y hay que respetarla”. Jean-François Lisée también agregó que la lucha planetaria contra el recalentamiento climático podría convertirse en la “principal víctima” de la futura administración de Donald Trump.
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