Un total de 75 personas murieron y seis fueron rescatadas con vida tras estrellarse cerca de Medellín la noche del lunes el avión que trasladaba al equipo brasileño del Chapecoense, que tenía que disputar el miércoles la final de la Copa Sudamericana ante el colombiano Atlético Nacional.
El equipo Chapecoense había sorprendido al fútbol regional al llegar a la final de la Sudamericana por primera vez en su historia tras eliminar en semifinales al poderoso San Lorenzo de Argentina.
La aeronave chárter transportaba a nueve tripulantes y 72 pasajeros, entre ellos los futbolistas del club brasileño, directivos del equipo y periodistas. Venía proveniente de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), donde hizo escala tras partir de Brasil.

El avión de matrícula boliviana CP2933 de la empresa Lamia se declaró en emergencia «por fallas eléctricas» a las 22:00 p.m. hora colombiana a unos 50 kilómetros de Medellín.
El club dijo en un comunicado que no haría comentarios oficiales hasta que no tuviera más información de las autoridades colombianas sobre el accidente del lunes por la noche.
El jefe de la agencia de aviación civil de Colombia dijo que las autoridades no descartan la posibilidad de que la nave descargara todo el combustible antes de estrellarse. Por ahora, la principal línea de investigación es un posible fallo eléctrico de la aeronave.

Alfredo Bocanegra, quien habló desde el centro de mando de rescate, dijo que la comunicación con funcionarios de aviación bolivianos sugirió que el avión había experimentado problemas eléctricos.
Al mismo tiempo, los investigadores tendrán que evaluar el testimonio de un asistente de vuelo que dijo que el avión se quedó sin combustible.
La tragedia provocó una oleada de solidaridad y aflicción en los medios de comunicación social de la comunidad de fútbol, entre ellos, los equipos brasileños Flamengo y Santo que enviaron mensajes de apoyo.
La federación sudamericana de fútbol suspendió todos los juegos y otras actividades después del accidente.
RCI/CBC/El País-Colombia
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