Naciones Unidas lanzó una nueva advertencia este miércoles sobre la situación humanitaria en el este de Mosul, donde el ejército iraquí, apoyado por Estados Unidos, está librando intensos combates contra militantes del grupo armado Estado Islámico.
Más de seis semanas después del comienzo de la ofensiva contra el último gran bastión urbano del Estado Islámico en Irak, las fuerzas gubernamentales iraquíes está intentando identificar a los militantes camuflados entre los civiles en los distritos orientales, la única zona a la que han podido ingresar las tropas iraquíes.
«La situación en el este de Mosul cerca de las líneas del frente sigue siendo peligrosa, con riesgo para los civiles. El fuego de morteros y armas sigue cobrando vidas», afirmó la oficina del coordinador humanitario de la ONU. «Los suministros limitados de alimentos y agua se están acabando, en medio de preocupantes reportes sobre inseguridad alimenticia procedentes de la ciudad», añadió.
Unas 650.000 personas, equivalente al 40 por ciento de los residentes, se quedaron sin agua después de que una cañería fue alcanzada por las explosiones durante los combates, dijo un funcionario local el martes.
Los trabajadores humanitarios aseguran que se está completando el cerco alrededor de la ciudad y que las familias sin recursos están pasando dificultades para alimentarse en medio de una fuerte subida de los precios, mientras empiezan a sentirse los rigores del invierno boreal.
Cuanto más se alargue el conflicto, más civiles sufrirán, ya que también estarán expuestos a la violencia de los militantes, decididos a aplastar cualquier oposición a su régimen.
La número dos del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Kate Gilmore, dijo el miércoles que hay reportes según los cuales combatientes del grupo Estado Islámico, que han ejecutado a residentes sospechosos de colaborar con el ejército iraquí, dieron muerte a 27 civiles en un macabro espectáculo público en el Parque Muhandiseen de Mosul, la semana pasada.
Hace tres semanas, al menos 20 personas fueron ejecutadas y sus cadáveres expuestos como si estuvieran crucificados en las intersecciones de las calles en la ciudad, por pasar información «al enemigo».
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