Los recuerdos más hermosos de su infancia son siempre los de momentos pasados en el bosque, en México. Domingo Cisneros creció en el estado de Durango, en una de las regiones más nórdicas de su país, donde el clima árido y el boreal se entremezclan y donde el frío puede calar muy duro en el invierno.
Cuando era niño, la madre de este artista visual y escritor lo llevaba de visita a su pueblo natal. Una localidad, que envuelta entre pinos y cedros, se asemeja mucho a un bosque canadiense. Esas vacaciones de su infancia fueron casi premonitorias de lo que después sería su vida en Canadá. Aquí vive desde 1968 donde esos árboles son reyes.
La más reciente obra de Domingo Cisneros es el libro « La guerre des fleurs – Codex Ferus » («La guerra de las flores – Código Ferus» – Editorial Mémoire d’encrier, Montreal 2016). Se trata de una novela donde las palabras se transforman casi en un lamento de las plantas y de los árboles; a través de sus líneas, el público comprende que el mensaje de esos seres vivos, por lo común sileciosos, es urgente. Domingo Cisneros explica en este extracto, en qué consiste su libro:
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La escritura de este libro es para el hombre forestal que es Cisneros, como un homenaje que él hace a toda la riqueza desaprovechada del ecosistema boscoso. El artista está convencido de que la utilización de los recursos forestales, más allá de la madera de los árboles y por supuesto sin destruirlo, es una manera de estar en armonía con su entorno y de darle al conocimiento milenario sobre la naturaleza del bosque, el valor que se merece.
A su entender, los conocimientos de cómo sacarle provecho al bosque son un secreto demasiado bien guardado. Escuche al artista explicar porqué quiso escribirle un libro al bosque y contar lo que él ha aprendido a producir (harinas, medicamentos y mieles) a raiz de su estrecha relación con él.
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Mestizo de la nación tepehuana de México, Domingo Cisneros nació en 1942 en Monterrey, en el Estado de Nuevo León, México. Al llegar a Quebec en 1968, vivió en La Macaza, en la región de los Laurentides, una zona boscosa, donde dio formaciones en arte visual y en creación artística en el Colegio Manitou a toda una generación de artistas de las Primeras Naciones de Quebec. Para este veterano de las artes visuales, «la imaginación es la fuerza de mayor alcance que puede existir».
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