El ministro de Finanzas de Canadá, Bill Morneau.

El ministro de Finanzas de Canadá, Bill Morneau.
Photo Credit: Nathan Denette/Canadian Press

Canadá debe hacer que los ejecutivos que más ganan paguen su justa parte

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Al comenzar el nuevo año, un editorial del periódico canadiense Toronto Star señala que sólo en el primer día laboral del 2017, los ejecutivos mejor pagados de Canadá ganaron cada uno un promedio de 26.000 dólares. En consecuencia, el gobierno de Canadá debe asegurarse de que ellos paguen su justa parte en impuestos, sostiene el Toronto Star.

Según un nuevo estudio realizado por el Centro Canadiense de Políticas Alternativas, los 100 ejecutivos mejor pagados del país recibieron una compensación de 26.000 dólares por día trabajado en 2015. La encuesta anual encontró que estos ejecutivos se llenaron cada uno los bolsillos con poco más de 9.5 millones de dólares anuales en promedio.

Es un monto récord que confirma la tendencia de pagar cada vez más a los ejecutivos. Para tener una idea de la situación, el autor Hugh Mackenzie calcula que un alto ejecutivo recibió en 2015 el equivalente a 193 veces el salario promedio de un trabajador canadiense. Es decir que en dos días y medio del año nuevo este ejecutivo ganó el entero salario promedio anual de un trabajador en Canadá.

Los ejecutivos mejor pagados de Canadá ganaron cada uno un promedio de 26.000 dólares por día en 2015.
Los ejecutivos mejor pagados de Canadá ganaron cada uno un promedio de 26.000 dólares por día en 2015. © iStock

Nos hemos acostumbrado a escuchar estas cifras, tanto que es tentador concluir que es simplemente algo normal en el mundo que los ricos se hagan cada vez más ricos.

Pero la realidad es que no debe ser así y hay buenas razones para cuestionar tal situación. Hay maneras para asegurarse que si los altos ejecutivos son pagados tan exageradamente por las compañías, ellos al menos paguen más en impuestos y contribuyan más al bien común.

Por un lado, la encuesta llevada a cabo por el Centro Canadiense de Políticas Alternativas muestra que la mayoría de los 100 ejecutivos más pagados lo son bajo la forma de participaciones accionarias y concesiones accionarias, que pagan sólo la mitad de los impuestos que se cargan al salario regular o a las bonificaciones.

Se trata de una enorme rebaja de impuestos que le cuesta a las arcas del Estado canadiense aproximadamente 1.000 millones de dólares al año. Este tipo de pago a los ejecutivos fue creado en 1984, aparentemente con la intención de ayudar a las nacientes empresas que no podían pagar salarios elevados a que puedan atraer a los mejores talentos.

Pero esta iniciativa fiscal para ayudar a las pequeñas compañías fue cooptada por los altos ejecutivos de las grandes empresas como una manera de pagar menos impuestos. Un estudio anterior llevado a cabo por el Centro Canadiense de Políticas Alternativas encontró que ya en 2013, los 75 ejecutivos mejor pagados en el país se beneficiaron colectivamente de una rebaja de impuestos equivalente a unos 495 millones de dólares.

Es como si Ottawa hubiera gastado cerca de 500 millones de dólares para que 75 personas ya ricas, miembros del llamado 1 por ciento, disfruten de una mayor opulencia. Las últimas cifras sobre el pago de beneficios a los altos ejecutivos muestran que este derroche continúa succionando dinero al Estado, dinero que podría ser utilizado para mejores propósitos.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su ministro de finanzas, Bill Morneau .
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su ministro de finanzas, Bill Morneau .

Los liberales de Trudeau hicieron campaña indicando que pondrían fin, o al menos reducirían esta ventaja impositiva altamente regresiva. Ellos hablaron de avanzar hacia la equidad fiscal y asegurarse que todos paguen su justa parte.

Pero a medida que el ministro de Finanzas de Canadá, Bill Morneau, va preparando su segundo presupuesto federal, va quedando en claro que esa promesa se ha quedado atrás. Aparentemente, ha aceptado el argumento de que poner freno a la exención de impuestos sobre las participaciones accionarias y subvenciones dañaría a las nuevas empresas pequeñas y sería un obstáculo a la innovación, la vaca sagrada de la política económica liberal.

Morneau lo haría mejor considerando de nuevo la situación y encontrando una manera de ayudar a las nuevas empresas a despegar sin tener que entregar cientos de millones de dólares a ejecutivos adinerados de las grandes empresas que no necesitan ningún tipo de subvención.

La exagerada compensación para los altos ejecutivos no es el problema económico más acuciante que enfrenta Canadá. Y los defensores del status quo argumentarán que cobrar impuestos a cada centavo que ellos reciben no hará una gran diferencia en una economía de dos trillones de dólares anuales.

Por otro lado, la descontrolada compensación que reciben los altos ejecutivos en Canadá pone de relieve la cuestión más amplia y más grave que es la creciente desigualdad en nuestra economía, y todos los males sociales que vienen con ello.

Lo menos que esperan los canadienses de su gobierno es que establezca leyes que busquen poner fin a esta tendencia, y no que la alimenten. Los liberales de Trudeau deben poner fin a esa insostenible e indefendible ventaja impositiva que solo beneficia a un puñado de ricos ejecutivos que no la necesitan, dice el editorial del periódico canadiense Toronto Star.

Categorías: Economía, Política
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