En las largas noches del invierno canadiense, aquellos canadienses que quisieran estar en las playas del Caribe escuchando la música de Cuba encuentran consuelo en un pequeño club de Montreal, llamado Diese Onze.
En aquel lugar situado en un sótano en la calle Saint Denis, se dan cita cada lunes, de manera casi religiosa desde hace ocho años, los miembros del grupo de música cubana llamado Trabuco Habanero.
Este grupo fue conformado en sus orígenes por el cubano Lázaro Leiva Barberi, que llegó a Canadá hace casi 25 años. Al grupo se sumaron el pianista cubano Joel Díaz, el contrabajista canadiense Alex Bellegarde, el cantante Jesús Cantero, además del percusionista Diomer González. Y nunca faltan los músicos de paso que se suman a las descargas nocturnas.
En conversación con Radio Canadá Internacional, el contrabajista Alex Bellegarde confesaba que en un principio le parecía muy fácil tocar los ritmos tradicionales cubanos, pero la tarea no le resultó sencilla.
Interrogados sobre los elementos en común entre la música canadiense de raíces irlandesas y la música tradicional cubana, Alex y Lázaro coinciden en explicar que lo que las une es que cuentan historias.
En cuanto a sus planes para el nuevo año, ellos señalan que les gustaría presentar al público canadiense un nuevo disco, pero que uno de los mayores problemas que enfrentan es la falta de financiamiento para grabar sus propias composiciones.
Sin embargo, esta situación no les impide dedicarse de lleno a la música y guardar fielmente el ritual de los lunes de música cubana en el corazón de Montreal, en un club de jazz que les ha acogido con generosidad.
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