La toma de posesión del ricacho Donald Trump como presidente de Estados Unidos proyecta una sombra de incertidumbre sobre la economía de Cuba.
Bajo el previo gobierno de Barack Obama, las relaciones entre La Habana y Washington fueron restauradas y algunas restricciones comerciales fueron aligeradas.
Con Trump sentado en la Casa Blanca, no se sabe ahora si ese deshielo en las relaciones entre los rivales ideológicos va a continuar.
Durante su campaña electoral, el bombástico candidato Donald Trump declaró que lo que quería con Cuba era “un buen negocio”, y que 50 años de bloqueo contra la isla era demasiado tiempo como para seguir manteniendo un embargo comercial. Todo parecía indicar que él estaba dispuesto a hacer negocios con La Habana.

Sin embargo, según Judith Teichman, profesora de ciencias políticas y desarrollo internacional en la Universidad de Toronto, el presidente Trump no levantará ese bloqueo económico contra Cuba.
«Trump tiene como parte de su base de apoyo a los cubano-estadounidenses, y ellos no están interesados en levantar el embargo y restablecer relaciones comerciales con Cuba.»
Judith Teichman, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Toronto.
La profesora Teichman también explica que, bajo una administración de Trump, lo más probable es que las relaciones de Estados Unidos con Cuba sean suspendidas.

Teichman sostiene que lo más probable es que las relaciones entre los dos países serán congeladas. Quizá habrá una mayor hostilidad, lo cual es lamentable porque no es algo que le convenga a Cuba, explica la profesora de ciencias políticas de la Universidad de Toronto.
Esto significa que la economía cubana se verá afectada debido a las consecuencias económicas de una deterioración de las incipientes relaciones entre Cuba y Estados Unidos, antiguos rivales de la Guerra Fría.
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