De izquierda a derecha, Justin Trudeau, Donald Trump y Enrique Peña Nieto
Photo Credit: Reuters / Chris Wattie / Brian Snyder / Carlos Jasso

¿Y si Trump se equivoca al renegociar el TLCAN?

Es una decisión que tiene una lógica política pero que puede tener costos económicos considerables que se van a reflejar en el mediano plazo en los mercados estadounidenses.

– Julián Castro Rea, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Alberta

Si había alguna duda, ésta fue disipada por el discurso de investidura que pronunció  Donald Trump, quien al asumir la presidencia de Estados Unidos oficializó la amenaza de que su país dejará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), si sus contrapartes mexicana y canadiense se niegan a renegociar el acuerdo, que en sus palabras, no resulta favorecedor para su país.

El TLCAN fue firmado hace 20 años por los entonces presidentes de Canadá, México y Estados Unidos, acuerdo al que Trump acusa de causar la pérdida de empleos y el cierre de empresas que se desplazan a los países vecinos para abaratar costos.

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El presidente Trump decidió renegociar el TLCAN ©  Reuters / Jonathan Erns

Julián Castro Rea, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Alberta, se encuentra en estos momentos en México.

¿Tiene razón el presidente Trump? ¿Es necesario renegociar el TLCAN?

El presidente Trump considera que Estados Unidos no ha resultado beneficiado en los intercambios que el tratado de Libre Comercio de América del Norte ha implementado, pero esta interpretación no concuerda con los hechos, dice el profesor Castro-Rea.

“Si miramos con detalles los costos y beneficios que el TLCAN ha provocado en sus ya 22 años de operación vemos que EEUU se ha beneficiado enormemente de este tratado”.

El aspecto más notable del beneficio para EEUU es la posibilidad de las empresas transnacionales de invertir en Canadá y en México y así aprovechar de las cadenas de producción y de la mano de obra barata y calificada que pueden encontrar en México”.

Ya como presidente, Trump dijo que su gobierno seguiría dos reglas:  que se compren productos estadounidenses y que sean elaborados por trabajadores de aquel país.

El politólogo de la Universidad de Alberta señala que Trump no quiere darse cuenta de que la decisión de producir todo en EEUU le va a costar muy caro a las empresas estadounidenses, entre otras cosas, en términos de disponibilidad de mano de obra.

Las empresas extranjeras no invierten en México porque quieren hacer obras de caridad o porque aman a México, dice Castro Rea, sino porque les conviene.

“México cuenta con una abundante mano de obra calificada que les cuesta una fracción de lo que tendrían que pagar en territorio estadounidense, incluso canadiense”.

El presidente Trump está obligando a las empresas estadounidenses a permanecer en EEUU donde van a enfrentar costos mucho más altos y que se van a reflejar sobre el costo final  al consumidor de los productos terminados.

¿Sabe Trump que la mano de obra de los mexicanos es sumamente más barata que la de los estadounidenses?

“Sospecho que sí lo sabe. Pero creo que su lógica es más bien política, populista. Es decir, mostrar al público que votó por él que está poniendo a Estados Unidos primero. Que lo que más le interesa es dar empleo a los trabajadores en EEUU, mantener las ganancias dentro de EEUU, sin fijarse en las obvias ventajas económicas que invertir en otros países pueda tener. Es una decisión que tiene una lógica política pero que puede tener costos económicos considerables que se van a reflejar en el mediano plazo en los mercados estadounidenses”.

Pero por el momento, su retórica nacionalista de EEUU primero, parece, estar funcionando.

México enfrenta una etapa difícil, ante un gobierno estadounidense que además promete expulsar a millones de migrantes indocumentados y construir un muro fronterizo. ¿Es posible en este marco discutir de libre comercio?

« Claramente no. Desde el inicio de la negociación del TLCAN hace más de 20 años se hizo un esfuerzo por parte de los negociadores por eliminar de las discusiones la circulación de la mano de obra, es decir la migración de mexicanos o canadienses a EEUU. Simplemente en el capítulo 6 del TLCAN se estableció la aceptación con visa preferencial de profesionales u hombres y mujeres de negocios. Ahora es cada vez más difícil negar que esta cuestión no tiene nada que ver con libre comercio”.

La posición del gobierno mexicano

“Lamentablemeente el gobierno mexicano está partiendo de una posición de debilidad, no solamente por los problemas económicos internos de la administración sino por la actitud misma que el gobierno está tomando.  La apuesta del gobierno mexicano es la relación personal que el nuevo canciller Luis Videgaray tiene con el yerno el Donald Trump. El gobierno está esperando que esa relación personal vaya a suavizar, moderar un poco las posiciones  del presidente Trump. Pero yo me permito opinar que esta esperanza es ilusoria”.

El presidente Trump solo entiende el lenguaje de los hechos duros de los golpes políticos-económicos y es muy poco probable que se deje seducir por una relación personal o de reciprocidad como la que el gobierno de México está esperando.

En esta renegociación del TLCAN por parte de EEUU ¿cómo se sitúa Canadá?

“Canadá es una gran decepción para México en esta coyuntura porque el gobierno canadiense puso en claro que le importa los intereses de Canadá primero. Por lo tanto una alianza estratégica como se decía hace 20 años,  con México, está fuera de la agenda.”

Ahora el gobierno canadiense quiere solamente obtener el mejor acuerdo posible con EEUU aunque este acuerdo sea bilateral y obviamente los intereses de México pasan a segundo plano.

“La gente que esperaba que Canadá pudiera ser el socio que equilibrara, que le trajera un poco más de justicia, de equidad a la relación en América del Norte van a resultar decepcionados, desde mi punto de vista.  Es decir, lo que está pasando bajo el impulso proteccionista del presidente Trump es que de ahora en adelante vamos a ver, es mi predicción, que regresamos a la aplicación que existía antes del TLC. Es decir que, EEUU tiene dos relaciones bilaterales en América del Norte, una con México, una con Canadá y siendo más poderosos que estos dos países va a poder dictar los términos de la relación. La alianza posible, la cooperación posible para enfrentar juntos a EEUU, entre Canadá y México, es una cosa que suena bonito, que teóricamente funciona pero que en el terreno no está resultando”.

Le politologue Julian Castro-Rea
Le politologue Julian Castro-Rea © Radio-Canada

El TLCAN prevé la posibilidad de que un país miembro indique su intención de retirarse. Un período de 180 días se abre a partir de ese momento  para futuras negociaciones. A falta de un nuevo acuerdo, el antiguo acuerdo se convierte en obsoleto.

Esto y más en la entrevista que concedió a Radio Canadá Internacional el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Alberta, Julián Castro Rea.

Categorías: Economía, Internacional
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