El gobierno de Chile confirmó la detención de 5 personas, sospechosas de haber participado en el origen de por lo menos algunos de los fuegos del peor incendio forestal de la historia del país, que ya dejó 10 muertos, miles de personas evacuadas y poblaciones enteras arrasadas.
Las llamas arden desde hace poco más de una semana y ya se han extendido a 7 regiones del centro y sur de la nación sudamericana, favorecidas por las altas temperaturas y por los fuertes vientos.
Las últimas estimaciones hablan de 290.000 hectáreas consumidas por el siniestro.
Los 5 arrestados fueron interrogados por las autoridades en las localidades de Chépica y Linares, a 280 kilómetros al sur de Santiago, la capital chilena, en la región de Maule, una de las más dañadas por el incendio.
Dos bomberos, dos policías, tres brigadistas y tres habitantes encontraron la muerte en las zonas tomadas por el fuego.
La presidenta Michelle Bachelet declaró el estado de catástrofe en las regiones de O’Higgins, Maule, Bío-Bío y Araucanía.
El avance del fuego amenaza la aglomeración de Gran Concepción, una de las zonas más pobladas del centro y sur de Chile, con más de 1 millón de habitantes.
La mandataria confirmó que se iniciará una investigación para establecer las causas del fuego, cuya violencia, magnitud y rapidez de propagación son inusitadas.
Las condiciones meteorológicas seguían siendo extremas en las últimas horas, con fuertes vientos aun soplando en las zonas afectadas y temperaturas que siguen cercanas a los 40 grados Centígrados.
Chile es además afectado por una prolongada sequía, constituyendo otro obstáculo para poder dominar al fuego.
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