¿Cómo suena una voz cubana tradicional? Depende a quien se le pregunte. En la cultura popular cubana se afirma que es en la ciudad de Santiago de Cuba donde se encuentran los buenos soneros.
Son memorables las voces de Benny Moré, de Abelardo Barroso, que según René Espí, tenía un estilo de cantar “enraizado en el gusto popular, netamente sonero, enfatizando un timbre vocal entre nasal y ‘aguardentoso’”.
Otra gran voz es la de Ibrahím Ferrer, el Nat King Cole cubano que en 1997 empieza a ser conocido en el mundo a los setenta años, tras ser rescatado del inminente olvido gracias a la película documental Buena Vista Social Club.
En una entrevista acordada a la revista estadounidense Newsweek, Ferrer explicaba que la suya “era una voz natural, con un timbre que se identifica con el sabor del ron del oriente cubano, añeja por una larga tradición de musiqueos que hacen bailar y olvidar los dolores del amor.”
Esa herencia musical fue traída a Canadá en la voz del cantante cubano de música tradicional, Jesús Cantero, cuya carrera musical comenzó en su provincia natal de Pinar del Río, en 1988.
Entrevistado por Radio Canadá Internacional en Montreal, él explica que la voz, que es también un instrumento musical, tiene que ser cuidada en medio del frío canadiense.
Haciendo un inventario de su recorrido en los últimos treinta años, él recuerda que su vida de cantor en Canadá empezó casi por accidente en las calles del Viejo Montreal.
La música cubana le debe mucho de su trascendencia internacional y su calidad a la formación musical que hace parte de la educación en ese país caribeño. Por eso, uno de los lugares de importancia y orgullo son las casas de la trova, centros culturales establecidos en distintas ciudades cubanas, desde Camagüey, pasando por Holguín hasta llegar a La Habana. Con la inmigración de artistas como el cubano Jesús Cantero, ahora Canadá se enriquece culturalmente.
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