Después de un año sin gobierno, Jovenel Moïse se posesionó este martes 7 de febrero como nuevo presidente de Haití. Los desafíos que lo esperan son de talla y el nuevo presidente toma las riendas de un país profundamente dividido y extremadamente endeudado. “Podemos cambiar a Haití si trabajamos todos juntos”, declaró este martes el presidente, un empresario conocido principalmente como exportador de bananos.
Jovenel Moïse sucede a Michel Martelly cuyo mandato terminó el 17 de febrero de 2016. En ese momento, ningún sucesor había sido elegido todavía y el Parlamento designó a Jocelerme Privert, en ese entonces presidente del Senado, como presidente interino. Fue ese gobierno de transición el que gobernó Haití hasta la investidura ayer del nuevo presidente.
Cabe añadir que en enero de 2016, Jovenel Moïse había sido declarado vencedor de las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo en octubre de 2015, pero estas elecciones fueron anuladas debido a acusaciones de fraude masivo. Y finalmente, fue en noviembre de 2016 que fue elegido como presidente por un mandato de 5 años.
Durante su discurso de posesión, Moïse prometió aportar una “mejoría real” a la economía haitiana particularmente en el campo, olvidado desde hace mucho tiempo por los gobiernos anteriores. El propietario de una plantación de 300 hectáreas de bananos, planea reactivar la economía nacional valiéndose de la agricultura y prometió también la creación de empleos en el sector de la industria textil.

Grandes desafíos
Haití tiene muchísima dificultad en reponerse del duro golpe que le asestó el huracán Matthew en el mes de octubre pasado y carga todavía con los daños causados por el temblor de tierra de 2010. Con más de 2.000 millones de deudas, Haití sigue siendo el país más pobre del hemisferio occidental.
Robert Franton, originario de Haití y profesor originario de ciencias políticas en la Universidad de Virginia, Estados Unidos, afirma que los desafíos que esperan al nuevo presidente son hercúleos.
Por otra parte, las acusaciones de lavado de dinero que pesan contra Jovenel Moïse no han sido resueltas todavía. En el 2013 se abrió una investigación sobre sus cuentas después que una institución bancaria lo hubiera señalado. La investigación terminó ya pero todavía no se ha tomado ninguna decisión en cuanto a la inocencia o la culpabilidad del nuevo presidente.
La incertidumbre vinculada a este asunto parece ya perjudicar la reputación del estadista que debe ahora nombrar un Primer ministro, que debe ser aprobado por el Parlamento.
Canadá aprovechó la investidura del nuevo presidente para reafirmar por intermedio del ministerio de Desarrollo Internacional y de la Francofonía “sus vínculos de amistad y solidaridad con Haití”.
Radio Canadá/AP
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