El fentanilo, un opioide sintético apenas conocido hace algunos años, está haciendo estragos en distintos lugares de Canadá. Este es el caso de Columbia Británica, provincia del oeste del país, donde 914 personas perdieron la vida el año pasado después de haber consumido esta droga.
Con la llegada del fentanilo en las calles de Vancouver, inyectarse heroína se ha convertido tan peligroso como jugar a la ruleta rusa. Las muertes se acumulan desde hacer varios meses y la droga está más presente que nunca en la ciudad.
La única solución que han encontrado los drogadictos que necesitan inyectarse absolutamente su dosis, es comprarla siempre al mismo vendedor. Ellos piensan que se inyectan heroína, pero no lo es todo el tiempo y ese puede ser en cualquier momento el último gesto de su vida.
Cien veces más poderoso que la heroína, el fentanilo era utilizado en la década de los 90 por los médicos para tratar los dolores agudos provocados entre otros, por el cáncer. Desafortunadamente, tanto para los usuarios como para las autoridades locales, el crimen organizado se apropió de este mercado.
La mezcla de heroína y fentanilo hizo su aparición casi de forma natural en Vancouver, un lugar estratégico para el comercio de drogas intravenosas desde hace ya varias décadas. 86% de las drogas analizadas por los especialistas del sitio de inyección supervisada Insite, contienen fentanilo.
La ministra federal de Salud, Jane Philpott, decidió prohibir la importación y la exportación no autorizada de 6 productos químicos que sirven para la fabricación de este poderoso opioide.
El fentanilo fabricado en los laboratorios ilegales es tan poderoso que permite multiplicar por 20 el efecto de las dosis de heroína que se puede comprar en el mercado negro. Un negocio redondo para las traficantes de drogas que obtienen ganancias millonarias.
La mezcla utilizada para fabricar esta droga es tan tóxica que para tratar de reducir el número de víctimas, las autoridades sanitarias de Columbia Británica recomiendan a los drogadictos de inyectarse en compañía de un amigo. Este puede llamar una ambulancia en el caso de una sobredosis o simplemente inyectarle una dosis de naloxona, un antagonista de los receptores opioides, distribuido ahora de forma gratuita por el gobierno de la provincia.
La policía de Vancouver afirma haber encontrado rastros de fentanilo en todos los estupefacientes vendidos en las calles de la ciudad, salvo en la marihuana. Pero el problema del fentanilo no se limita simplemente a Columbia Británica y se está dispersando en otras provincias del país.
RCI/Radio Canadá/ Yvan Côté.
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