Más de 130 personas, en su mayoría combatientes, perdieron la vida en tres días de enfrentamientos entre un grupo yihadista próximo a al grupo terrorista Estado Islámico y facciones rebeldes en el sur de Siria.
Los choques se producen en la provincia de Deraa, cerca de Jordania, y de la zona desmilitarizada que separa la fracción siria del Golán de la parte anexada por Israel.

Los enfrentamientos, cuyos muertos se contabilizan hasta el momento en 132, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, tienen como protagonistas al Ejército Khaled Ben al-Walid, un grupúsculo que juró fidelidad a Estado Islámico en mayo de 2016, y a una decena de movimientos rebeldes islamistas, entre los que se cuenta al influyente Ahrar al-Cham.
La violencia comenzó cuando se produjo un ataque sorpresa contra rebeldes asentados en el oeste de la misma provincia.
El grupo pro Estado Islámico se alzó con el poder de tres localidades, especialmente Sahem al-Joulane, cerca de la frontera con Jordania. También se hizo con el control de una zona estratégica en Nawa, una de las principales ciudades rebeldes en la provincia de Deraa.

El grupo Khaled Ben al-Walid quiere extender su influencia en el triángulo estratégico de la provincia, Jordania y el Golán, sostuvo un portavoz del Observatorio Sirio.
La guerra en Siria, cuyo disparador fue la represión de las manifestaciones prodemocráticas, ha producido hasta el momento 310.000 muertos y su complejidad tiende a agravarse, debido a la participación de grupos yihadistas y fuerzas tanto regionales como de potencias internacionales.
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