La canciller alemana, Angela Merkel, declaró este lunes que «no hay justificación posible» para los comentarios lanzados por el presidente turco, Tayyip Erdogan, que comparó la prohibición germana a algunos actos políticos con un «accionar fascista» reminiscente de los tiempos nazis.
Merkel afirmó que las palabras de Erdogan solo sirven para trivializar el enorme sufrimiento de los afectados por los crímenes nazis contra la humanidad. Asimismo, declaró que fueron especialmente tristes por los muchos factores comunes que conectan a los dos aliados de la OTAN.
La líder germana reconoció las profundas diferencias con Ankara sobre temas como la libertad de prensa y el arresto del periodista turco-alemán Deniz Yucel.
Merkel ratificó que Alemania sigue comprometida con sus libertades de prensa, reunión y expresión, y que permitirá que los políticos turcos hagan campaña en Alemania por un referendo constitucional siempre y cuando sus visitas sean anunciadas de forma transparente y adecuada, respetando las leyes germanas.
Por otra parte, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea instaron el lunes a contener a Turquía, mientras que algunos mostraron su oposición a que políticos extranjeros hagan campaña en su territorio, entrando de lleno en el conflicto que ha tensado las relaciones entre Ankara y Berlín.
«Las reacciones contra Alemania son muy fuertes (…) Condeno la reacción del señor Erdogan, no tiene sentido», dijo el ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, a su llegada a un encuentro con sus homólogos de la UE en Bruselas.
Su par germano, Sigmar Gabriel, que tiene previsto reunirse con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, el miércoles en Berlín, dijo a periodistas que los dos países tienen la obligación de normalizar una relación «claramente tensa». «Estamos a favor de tener evaluaciones diferentes a veces y volver a un contacto amistoso y respetuoso (…) en Alemania y Europa», agregó.
El arresto en Turquía del periodista Yucel alimentó la irritación popular en Alemania por las concentraciones políticas, en las que participaron ministros turcos para instar a votar «Sí» en el referendo del 16 de abril, que de ser aprobado, concentrará mayores poderes en manos del presidente Erdogan, quien ha impuesto una serie de medidas represivas que van en contra de los derechos humanos y la libertad de prensa.
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