Las fuerzas iraquíes le ganaron terreno hoy al grupo armado Estado Islámico, EI, en el oeste de Mosul y desplegaron francotiradores en las azoteas de edificios de la ciudad vieja para tomar como blanco a los yihadistas, indicaron oficiales.
Miles de hombres, apoyados por la coalición internacional antiyihadista bajo el mando estadounidense, lanzaron el 17 de octubre pasado una ofensiva para retomar la segunda ciudad de Iraq y último bastión del Estado Islámico en ese país.
Después de haber reconquistado a fines de enero la parte oriental de Mosul, las fuerzas iraquíes intentan desde el 19 de febrero, retomar el oeste de la ciudad, de la cual ya tomaron el control en ciertos sectores.
Los combates se concentran actualmente en la vieja ciudad, un laberinto de pequeñas calles densamente pobladas y poco propicias al avance con tanques blindados, donde la utilización de armas pesadas podría poner en peligro la vida de miles de civiles atrapados por los yihadistas.
En esta operación se encuentran implicadas las fuerzas de intervención rápida y la policía federal, mientras que las fuerzas del contra-terrorismo (CTS por sus siglas en inglés) combaten a los yihadistas más al oeste.

Según un comunicado del comandante de la policía federal, Raed Chaker, las fuerzas iraquíes avanzan en la vieja ciudad en dirección de la gran mezquita Al-Nouri, donde Abu Bakr al-Bagdadi, jefe del Estado Islámico, hizo su última aparición pública en julio de 2014.
“Decenas de francotiradores fueron desplegados en los techos de los edificios de la vieja ciudad para cubrir el avance de las tropas, que van evacuando a medida que avanzan, a centenares de civiles para aislar a los yihadistas e impedirles que los utilicen como escudos humanos, antes de lanzar el ataque contra el sector de la mezquita”, dice el comunicado.
El alto mando de las operaciones conjuntas anunció también que ocuparon dos nuevos barrios de las afueras de la ciudad, Al-Rissala y Nablús.
Según el gobierno iraquí, unas 180.000 personas abandonaron sus domicilios en Mosul Oeste y la mayoría se ha refugiado en campamentos establecidos en las afueras de la ciudad, donde reciben cuidados médicos, víveres, coberturas y colchones.
RCI/AFP
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