El ex presidente de la Cámara Baja del Congreso de Brasil, el evangelista de derecha Eduardo Cunha, fue hallado culpable y sentenciado este jueves a más de 15 años de prisión por cargos de corrupción, según la resolución de una corte federal, siendo el político de perfil más alto condenado dentro la investigación «Lava Jato».
El equipo legal del ex político dijo que apelará a la decisión, pero Cunha seguirá preso a la espera de la apelación.
Cunha, que fue el tenaz cabecilla de la impugnación de la ex presidenta Dilma Rousseff, tuvo que dejar la presidencia de la Cámara de Diputados en julio. Fue arrestado en octubre tras ser acusado de recibir millones de reales en sobornos por la compra de un yacimiento petrolífero en Benín por parte de la estatal Petrobras.
Cunha enfrenta otro juicio en el que es acusado de haber recibido 5 millones de dólares relacionados con dos contratos para la construcción de dos buques sonda para Petrobras.
En febrero de 2015 Cunha, miembro del PMDB, que por una década fue el socio principal la coalición de los gobiernos del PT, consiguió la presidencia de la Cámara de Diputados.
Seis meses después, Cunha rompió oficialmente con el gobierno de Rousseff, diciendo que estaba usando la pesquisa en Petrobras como una herramienta de «persecución política» en su contra.
Como presidente de la cámara baja, Cunha permitió en diciembre de 2015 el inicio del proceso de juicio político contra Rousseff, a quien se acusó de violar normas presupuestarias.
La decisión fue anunciada horas después de que diputados del PT votaron a favor del inicio de una investigación contra Cunha en la comisión de Ética de la Cámara por cuentas bancarias que este político mantenía en Suiza.
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