En Toronto las personas con la enfermedad de Parkinson tienen clases de baile como terapia
Photo Credit: CBC

Investigadores canadienses aconsejan bailar y mucho a los enfermos de Parkinson

Todos necesitamos esperanza. Estar socialmente integrados. Ser aceptados. Cuando se vive con una condición particular, sobre todo el Parkinson que es muy visible en la gente, ésta se vuelve aislada.  Es muy difícil enfrentarla. Se presenta la depresión biológica,  asociada con déficits neuro químicos, que son corrientes en la enfermedad de Parkinson. Bailar produce felicidad, atrae a las personas, permite comunicar. Bailar tiene mucho valor .

– Dra. Galit Kleiner de la Clínica del Trastorno del Movimiento en el Hospital Baycrest de Toronto

El Parkinson es un trastorno neurológico que socava progresivamente la capacidad de moverse de una persona. También afecta a la coordinación, el equilibrio, la fuerza y puede interferir con la capacidad de hablar con claridad. La danza, por sus aportes expresivos, permite comunicar.

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Alice-Betty Rustin y Charles Dennis participan en un proyecto de investigación de Dancing with Parkinson. Él dice que sería genial ser parte de la victoria sobre la enfermedad. © (David Donnelly / CBC)

Su cuerpo ya no se mueve tan naturalmente. Sus miembros a menudo se sienten rígidos. Cada movimiento es un ejercicio de la voluntad. Pero cuando está bailando al son de un vals suave, Charles Dennis, de 60 años, se pierde en el ritmo y por un breve instante olvida cómo, desesperadamente, quiere seguir moviéndose.

«Me encuentro realmente atrapado en la música y te olvidas, te olvidas de tener que hacer el movimiento, estar seguro de que tu brazo está recibiendo el mensaje de tu cerebro para moverse de esta manera», dice Dennis que fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson el año pasado.

Hay dos cosas que puedes hacer. Puedes trabajar con lo que tienes a tu alcance o te detienes y dejas que gane. Trato de hacer realmente lo que puedo. Voy a seguir luchando por que encuentren la gran cura.

Una clase de baile con personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer, en la ciudad de Toronto © CBC

Las observaciones de una bailarina

Durante casi una década Sarah Robichaud, una bailarina de formación clásica, fundadora e instructora de Dancing with Parkinson, ha estado observando lo que los científicos ahora están tratando de probar.

«Anecdóticamente, lo que los estudiantes nos dicen y lo que vemos, es que probablemente se crean nuevas neuro-vías», dice Robichaud, «porque a veces las personas que caminan con bastones, y que son muy inestables, en la mitad de la clase empiezan a valsar por la habitación sin ayuda.

La gente a veces camina con bastones o caminantes y en la mitad de la clase comenzarán a valsar por la habitación sin ayuda, dice Sarah Robichaud. © (David Donnelly / CBC)

Actividad cerebral renovada

La explicación científica de por qué esto está sucediendo, está ahora emergiendo. Joseph De Souza es un neurocientífico de la Universidad York de Toronto. Durante los últimos tres años, él y sus investigadores han estado siguiendo las ondas cerebrales de docenas de personas en las clases de baile de Robichaud.

Los voluntarios se someten a una exploración cerebral antes y después de una clase de danza de una hora. También realizan una serie de pruebas físicas para medir el impacto de las clases en su marcha y coordinación.

Joseph De Souza es un neurocientífico de la Universidad York de Toronto. © U of York

«Casi todos los que participan en las clases observan mejoras en los movimientos, mejoras en la calidad de vida y en el estado de ánimo, como la emoción», dice DeSouza. «Lo que nos interesa es ver cómo en el cerebro o donde en el cerebro está cambiando con el tiempo».

Ya hay evidencia de que el ejercicio, especialmente una actividad enérgica, aumenta el poder muscular y cerebral en las personas con Parkinson. Los datos sobre el baile son preliminares pero también prometedores.

DeSouza recientemente presentó sus primeros descubrimientos en una conferencia internacional sobre el Parkinson.

Él encontró que una clase de danza de una hora da como resultado un alza en las ondas cerebrales alfa. Esa renovada actividad cerebral puede explicar por qué la mayoría de los voluntarios muestra una mejoría en su equilibrio y marcha después de una clase.

DeSouza dice que quiere determinar qué le hace eso a la progresión de la enfermedad.

«Queremos ver si es algo neuroprotector que sucede, como una  función de la danza. Es por eso que no sólo estamos interesados ​​en lo que está sucediendo en el cerebro, sino en cómo está sucediendo y si con el tiempo, es un neuroprotector «.

La investigación de DeSouza todavía está en su infancia y su tamaño de muestra es pequeño. Alrededor de 50 personas con Parkinson están en el estudio. Pero lo que ha descubierto ya lo está compartiendo con expertos en la materia.

El ballet clásico también

Como parte de un programa de 12 semanas, 20 personas con enfermedad de Parkinson están tomando clases semanales de baile en la Escuela Nacional de Ballet en Toronto.

El equipo de investigación está dirigido también por el neurocientífico Joseph DeSouza y la instructora de la Escuela Nacional de Ballet, Rachel Bar.

Una experta en Parkinson

La Dra. Galit Kleiner dirige la Clínica del Trastorno del Movimiento en el Hospital Baycrest de Toronto. Ella está a la cabeza de todas las intervenciones médicas que ayudan a sus pacientes, en su mayoría medicamentos, con los temblores.

«Hay un tipo de ritmo interno en todos nosotros, pero especialmente en los pacientes de Parkinson ese ritmo está alterado. Los circuitos motores están intactos, pero el acceso a los circuitos  puede que no estén intactos. Y, por lo tanto, la música e incluso marcar el paso con un metrónomo, pueden permitir acceder a las vías motoras. »

La Dra. Galit Kleiner, la Clínica del Trastorno del Movimiento en el Hospital Baycrest de Toronto ya prescribe la danza a los pacientes con Parkinson © CBC

Recomendación a los pacientes

Kleiner dice que todavía no hay ensayos clínicos enormes a los cuales recurrir, para demostrar lo bien que funcionan las terapias no médicas. Y ella no los está esperando. Dice que la investigación que está surgiendo sobre las terapias como el baile es suficiente y lo recomienda a sus pacientes no solo porque parece ayudar sino porque ya demostró  que da esperanza a la gente.

Es muy difícil medir el optimismo, pero DeSouza está convencido de que el impulso emocional que un grupo ofrece desempeña un papel. Y él y su equipo quieren seguir observando a los voluntarios por lo menos cinco años más, para ver si los efectos positivos duran. En última instancia, la meta es identificar marcadores, o patrones que predecirán el Parkinson y permitir intervenciones tempranas, como el bailar.

En cuanto a Dennis, la enfermedad sigue siendo un compañero no muy familiar y todavía lucha con lo que el futuro puede depararle. Y aunque su esperanza vacile a veces, el baile dice,  es un ejercicio de fe y una creencia que la ciencia seguirá.

Angie Seto, instructora en la Escuela Nacional de Ballet, dirige una clase de Bailando con Parkinson el martes. Las clases de terapia de danza parecen mejorar las habilidades motoras a corto plazo en las personas con enfermedad de Parkinson, pero los investigadores no entienden por qué. © (Kas Roussy / CBC)

Los límites de los medicamentos

Ya se sabe, no hay cura para la enfermedad de Parkinson, aunque con medicamentos se pueden aliviar los síntomas a corto plazo.

Sin embargo, los tratamientos con drogas pierden efectividad después de sólo unos años, dejando a los pacientes lidiando lo mejor que pueden con síntomas cada vez peores.

Mensaje de los investigadores: baile, baile, baile. Ellos esperan que los beneficios ya observados en las clases de ballet y de danzas ayudarán a retardar el inevitable deterioro que enfrentan los pacientes con Parkinson.

RCI/Ioanna Roumeliotis, CBC/Internet

Categorías: Salud
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