Tacones altos

Tacones altos

La prohibición de obligar a llevar tacones altos en el trabajo es un buen paso

Aunque se sabe que los zapatos de tacón tienen consecuencias negativas para la salud de las mujeres, como dolores de espalda, desgaste de las rótulas, y que en general va contra el principio de apoyar el peso del cuerpo primero en el talón al marchar, un editorial de esta semana del periódico canadiense Toronto Star decidió celebrar una nueva ley en la provincia de Columbia Británica, que prohíbe a los empleadores exigir que sus empleadas tengan que usar tacones altos en el trabajo.

Tuvo que ser una mujer, Christy Clark, la primera ministra de Columbia Británica, quien sabiamente prohibió que se exija usar obligatoriamente tacones altos en el lugar de trabajo.

Las nuevas regulaciones prohibirán que los empleadores exijan a sus empleadas utilizar calzados inseguros en el lugar de trabajo. El editorial del Toronto Star sostiene que la provincia más populosa en el país, Ontario, debería hacer lo mismo.

La primera ministra de la provincia de Columbia Británica, Christy Clark.
La primera ministra de la provincia de Columbia Británica, Christy Clark. © Chad Hipolito / The Canadian Press

El gobierno liberal de Columbia Británica ha hecho justamente aquello que el gobierno de la primera ministra de la provincia de Ontario, Kathleen Wynne, por razones desconcertantes, teme imitar.

El gobierno de la primera ministra Christy Clark prohibió la semana pasada que los tacones altos sean obligatorios en el lugar de trabajo con una simple enmienda a la Ley de Compensación de Trabajadores.

La ley dice ahora dice que los empleadores no pueden obligar a sus trabajadoras a usar un calzado cuyo diseño, construcción o material inhiba la capacidad de su personal para realizar su trabajo con seguridad.

Esto no significa que las mujeres no puedan escoger usar tacones altos para ir a trabajar si así lo desean. Simplemente quiere decir que las empresas no pueden hacer que usar tacones altos sea una obligación para una empleada.

Ese es un buen paso adelante. El simple hecho de prestar un poco de atención al tema, como lo han hecho los legisladores de la provincia de Ontario en el último año, no ha funcionado.

La primera ministra de la provincia de Ontario, Kathleen Wynne.
La primera ministra de la provincia de Ontario, Kathleen Wynne. © Chris Young/Canadian Press

Por ejemplo, en el Día Internacional de la Mujer, en marzo de 2016, la Comisión de Derechos Humanos de Ontario publicó un informe en el que criticaba a los restaurantes que exigían que sus meseras usen tacones altos o impusieran una vestimenta inadecuada, como faldas muy cortas o escotes excesivos.

¿Qué pasó desde entonces?, pregunta el Toronto Star. No mucho, a pesar del apoyo del gobierno al informe. Un año después, la Comisión se sintió obligada a emitir otro informe sobre el tema.

¿Empujó este nuevo informe al gobierno a tomar acción? No. La ministra de Asuntos de la Mujer, Indira Naidoo-Harris, simplemente declaró lo evidente. «Los empleadores no deben exigir que las mujeres tengan que vestirse con algo que no sea cómodo para ellas».

En Ontario hace falta una ley que defienda a las mujeres. Son demasiados los empleadores que ignoran las intenciones del código de derechos humanos, forzando a las mujeres a usar tacones altos u otras prendas que las convierten en objetos sexuales para permitirles que puedan conservar sus puestos de trabajo.

El gobierno de Kathleen Wynne debe poner fin a esta situación, dice el editorial del periódico canadiense, Toronto Star.

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Categorías: Política
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