La bomba GBU-43, de unas 10 toneladas, lanzada por Estados Unidos en Afganistán.

La bomba GBU-43, de unas 10 toneladas, lanzada por Estados Unidos en Afganistán.
Photo Credit: Eglin Air Force Base/Associated Press

Estados Unidos lanza en Afganistán uno de los explosivos más potentes del planeta

Con la justificación de que “era el arma adecuada para el blanco adecuado”, el máximo comandante estadounidense en Afganistán, el general John Nicholson, defendió la decisión de utilizar contra los combatientes del grupo Estado Islámico una bomba, la GBU-43, considerada como “la madre de todas las bombas”.

Hasta 36 presuntos militantes del Estado Islámico murieron en el distrito de Achin, Afganistán luego de que Estados Unidos decidió bombardear la zona utilizando uno de los mayores dispositivos no nucleares que se han detonado en combate, informó este viernes el Ministerio de Defensa afgano.

El ataque del jueves ocurrió cuando el presidente estadounidense Donald Trump enviaba su primera delegación de alto nivel a Kabul, en medio de la incertidumbre sobre sus planes para los casi 9.000 soldados estadounidenses que permanecen en Afganistán.

Las muertes no fueron verificadas de forma independiente, pero el portavoz del ministerio Dawlat Waziri dijo que ningún civil sufrió daños por la gran explosión que apuntó a una red de cuevas y túneles del grupo yihadista.

La bomba GBU-43, de unas 10 toneladas, fue lanzada desde un avión MC-130 en el distrito de Achin, en la provincia oriental de Nangarhar, fronteriza con Pakistán, dijo el jueves el portavoz del Pentágono, Adam Stump.

El dispositivo, también conocido como «la madre de todas las bombas», es una munición guiada por un GPS que nunca antes había sido utilizada en combate desde su primera prueba en 2003, cuando produjo una nube visible a 32 kilómetros de distancia.

El poder destructivo de la bomba, equivalente a 11 toneladas de TNT, es mucho menor en comparación con las relativamente pequeñas bombas atómicas lanzadas sobre Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, que produjo explosiones equivalentes a entre 15.000 y 20.000 toneladas de TNT.

El ex presidente afgano, Hamid Karzai, reaccionó con indignación ante este bombardeo, declarando en las redes sociales que semejante ataque “no es una guerra contra el terrorismo, es más bien el uso brutal e inhumano de nuestro país como un campo de pruebas para ensayar armas nuevas y peligrosas.”

Categorías: Internacional, Política
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