Los residuos espaciales acumulados durante casi 60 años de exploración espacial suscitan un peligro cada vez mayor para los satélites y las misiones tripuladas.
Los participantes en la 7ª Conferencia Europea sobre Desechos Espaciales lanzaron la alarma esta semana declarándose muy preocupados por un problema que crece constantemente debido a que los objetos en desuso que orbitan la Tierra han aumentado de tal manera que pueden colisionar entre ellos constantemente, creando más basura espacial.

«Hoy tenemos en el espacio alrededor de 5.000 objetos que miden más de un metro, 20.000 objetos de más de 10 cm y 75 0000 » balas voladoras » de 1 cm», detalla Holger Krag, jefe de la oficina de desechos espaciales de la Agencia espacial Europea (ESA).
Loss peligros potenciales de estos deshechos quedaron
claros cuando en 2009 se produjo la primera colisión espacial al chocar un satélite de comunicaciones y un satélite ruso en desuso, creando miles de nuevos fragmentos de basura.
Además, en 2011 cuando un desperdicio espacial pasó a apenas 300 metros de distancia de la Estación Espacial Internacional (EEI).
También habría 150 millones de piezas de un centímetro.
Cerca de 23 000 piezas son lo suficientemente grandes como para ser observadas por la red de vigilancia estadounidense del espacio (US Space Surveillance Network). Pero la mayor parte de los restos son de menos de 10 centímetros de diámetro y no son identificables. Aun así, incluso un fragmento del tamaño de un clip de papel puede causar graves daños.
El riesgo de colisión con residuos ha aumentado con la sucesión de misiones espaciales desde que la Unión Soviética lanzó en 1957 el Sputnik 1, el primer satélite artificial. Los trozos de cohetes, los satélites fuera de servicio, las herramientas perdidas por los astronautas… Todos esos objetos no paran de multiplicarse bajo el efecto de las dispersiones y colisiones en cadena.
Esos objetos pueden alcanzar los 28.000 kilómetros por hora, una velocidad con la que, incluso, un pequeño residuo puede causar enormes daños.
La ESA recibe una “alerta de colisión» por semana. Una o dos veces al año, cada uno de los satélites debe realizar una maniobra evasiva.
La Estación Espacial Internacional (EEI) también se ve afectada, como lo explica el astronauta francés Thomas Pesquet desde la estación.
«La estación a menudo tiene que hacer maniobras para evitar los escombros, pero necesita de 24 horas para reaccionar. Si no dispone del tiempo, el equipo tendrá que llegar a su refugio, la nave espacial Soyuz, con el fin de salir de la ISS en caso de colisión. Esto ocurrió cuatro veces en la historia de la EEI «, dijo.
RCI/ CBC/AFP/ BBC
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