Una nueva agencia federal diseñada para combinar fondos públicos y privados para financiar la construcción de proyectos de infraestructura en Canadá también podría acabar ofreciendo capital para la construcción de nuevas carreteras y puentes al sur de la frontera.
La legislación propuesta por el Partido Liberal, en el poder en Ottawa, para la creación de un Banco de infraestructuras le permitiría a esta nueva entidad autónoma utilizar el dinero público para financiar o apoyar proyectos que se encuentran, total o parcialmente, en territorio canadiense.
Lo más importante para el gobierno canadiense es que todo proyecto en el cual se invierta el dinero de los ciudadanos tiene que producir un beneficio financiero y debe tener una conexión física con Canadá, lo que significa que los dólares canadienses no serán utilizados para la construcción de proyectos de infraestructura exclusivamente en Estados Unidos o en cualquier otro lugar en el extranjero.
Los liberales tienen planeado capitalizar este banco con 35 billones de dólares provenientes de los fondos públicos, con la esperanza de que ese monto pueda atraer un financiamiento del sector privado que supere tres o cuatro veces más al capital invertido por Ottawa para poder financiar la construcción de infraestructuras en Canadá.
Algunos observadores e inversores manifestaron su preocupación debido a que la legislación, tal como está escrita, otorga demasiado control a los políticos.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.