El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó una línea dura hacia Corea del Norte, que ha rechazado las advertencias de su único aliado importante, China, y ha optado por llevar adelante sus programas nucleares y de misiles como medida de protección nacional, en desafío a las naciones Unidas y los intereses estadounidenses en la región.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, en una visita a sus aliados asiáticos, declaró que la «era de la paciencia estratégica» con Corea del Norte se ha terminado.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, declaró que Washington está buscando presionar a Corea del Norte en materia nuclear, al tiempo que un medio estatal norcoreano advirtió a Washington de no inmiscuirse en los asuntos de Corea del Norte
Hubo confusión sobre la ubicación de un grupo naval de ataque que incluye un portaaviones nuclear estadounidense luego de que Trump dijo la semana pasada que había enviado una «armada» como advertencia a Corea del Norte, aun cuando los buques estaban lejos de aguas coreanas.
El Comando del Pacífico de Estados Unidos explicó que la flota de barcos de ataque encabezado por el portaaviones nuclear USS Carl Vinson tuvo primero que completar un período de formación con Australia. Ahora se dirigía hacia el Pacífico occidental según lo ordenado, agregó.
Corea del Norte no se refirió a la confusión, pero dijo que Estados Unidos y sus aliados «no deberían meterse con nosotros». El Rodong Sinmun, el diario oficial del gobernante Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, hizo una advertencia sin rodeos.
«En el caso de que nuestro ataque preventivo sea lanzado, este aniquilará de manera total e inmediata a las fuerzas de invasión no sólo del imperialismo yanqui en Corea del Sur y sus alrededores, sino también en la parte continental de Estados Unidos y las reducirá a cenizas», dijo el medio de prensa norcoreano.
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