Cientos de miles de argentinos agitando los pañuelos blancos simbólicos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo marcharon el miércoles en Buenos Aires contra la decisión de la Corte Suprema de aligerar la pena a los torturadores de la dictadura (1976-1983).
La Corte Suprema de Argentina había decidido el martes, en un fallo dividido, que los militares condenados por delitos de lesa humanidad pueden computar como dobles los días que han pasado en prisión antes de su condena definitiva.
La decisión, en base a una ley derogada en 2001 y conocida como 2×1, se basó en el principio de aplicación de la norma más benigna, sin que se tome en cuenta la dimensión del delito cometido.
Mientras las organizaciones de Derechos Humanos consideraron el fallo como un retroceso en un país que ha sido ejemplo mundial en la condena a los represores de la última dictadura militar (1976-1983), el Gobierno de Mauricio Macri tomó distancia con críticas a la ley del 2×1, pero no al fallo de los supremos.

El martes, un tribunal federal dijo que la decisión era «inconstitucional», mientras que dos ex torturadores se han apresurado a solicitar la misma medida, provocando un alboroto en un país profundamente marcado por esta página negra en su historia.
Diputados y senadores han adoptado en sesión extraordinaria el día miércoles y por unanimidad una ley que limita el alcance de la decisión de la Corte Suprema. Los autores de delitos de lesa humanidad ya no tendrán derecho a sentencias reducidas.
Al menos un millón de personas salieron a las calles de la capital, según los organizadores.
En el escenario, frente a esta marea humana, las figuras de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que, Lita Boitano y Taty Almeida que desde hace 40 años exigen la verdad sobre el destino de sus hijos desaparecidos, emocionaron a la multitud con sus lemas.
«Señores jueces: nunca más ningún autor de genocidio en libertad. 30.000 detenidos desaparecidos presentes ..!», decían ellas acompañadas por cantantes, actores, futbolistas y políticos de todas las tendencias más la sociedad civil.
«Hay que protestar para que no se atreven a liberan los autores del genocidio de nuevo», dijo a AFP Alba Cervantes, una mujer que llevaba alrededor de su cuello la foto de su hermano desaparecido el 20 de septiembre de 1977 Miguel » Cacho «Cervantes.

Ayer no solo las plazas argentinas se llenaron de pancartas e indignación contra el fallo del 2×1 de la Corte Suprema. También las de Barcelona, Amsterdam, Estocolmo, París y México mostraron al mundo su repudio por lo que se consideran un atentado hacia la Justicia y la Verdad
RCI/AFP/Reuters
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