El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inicia este viernes un viaje que le llevará a Arabia Saudita, una monarquía condenada internacionalmente por su sistemática violación de los derechos humanos.
Trump visitará luego Israel, El Vaticano, Italia y Bélgica, con la esperanza de poder hacer una pausa ante los escándalos domésticas que han afectado a su Gobierno, enfocándose en la agenda de política exterior de la Casa Blanca.
El periplo del ricacho presidente estadounidense fue anunciado como una oportunidad de visitar los lugares sagrados para tres de las principales religiones del mundo, así como para reunirse con líderes árabes, israelíes y europeos.
Sin embargo, la controversia sobre la decisión de Trump de despedir de su cargo al ex director del FBI, James Comey, las acusaciones de que lo presionó para que deje de investigar al ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y la designación de un abogado especial para examinar una posible interferencia rusa en las elecciones del 2016 amenazan con ensombrecer su viaje.
El primer viaje de Trump al extranjero desde que asumió la presidencia en enero podría no ayudar a que el escándalo quede atrás.
Trump sería bienvenido en Riad y Jerusalén, pero sus posturas sobre el acuerdo nuclear de Irán, la alianza militar OTAN y el Acuerdo de París sobre el cambio climático podrían generar tensiones con sus pares europeos.
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