Todavía adolescente, ya sabía que América latina sería una parte importante de su vida. Estudió cine y trabajó durante varios años en muchos países de esa región. Lo que no sabía era que en uno de ellos iba a toparse con una mujer y una historia que le devolverían imágenes, como reflejos, de las mujeres indígenas de su propio país.
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Filmada en Bolivia durante un período de dos años y medio, Las 3 Magaly del director canadiense Frédéric Julien es un documental personal, íntimo, que revela el duro pasado de una joven madre aborigen. La infancia difícil que enfrenta la protagonista Magaly representa lo que viven en la actualidad muchas mujeres aborígenes en las Américas, incluyendo las de Canadá, señala su director.
En la decisión de contar su historia a través de una película, Magaly rompe el ciclo de la violencia y del silencio y da esperanza a su propia hija.
«Magaly es el nombre de mi protagonista, pero también el de su madre y la hija. Las 3 Magaly, por lo tanto son tres facetas de su vida y tres generaciones de mujeres «,
– Frédéric Julien.
Esta historia de familia, a la vez simple y extraordinaria trata de la autonomía de las mujeres indígenas a través de generaciones y, más universalmente, de la capacidad de enfrentar una situación límite que conlleva cada ser humano.
El encuentro con Magaly fue casual. Frédéric trabajaba como cooperante en Bolivia donde además enseñaba cine a través de pequeños talleres que daba en todo el país. Allí se encontró con la protagonista de su historia.
“Ella es una joven periodista que vive en el Estado de Beni. Tuvo una vida muy difícil, es madre de tres niños. En el marco del taller ella decidió realizar un cortometraje muy personal en el que cuenta su vida y la de su madre. Es una historia de violencia, de secreto de familia que decide revelar a través de un cortometraje.”
“Mi película consistió en seguirla a ella a través de la presentación de su cortometraje en su entorno familiar y en su comunidad para ver su impacto”.
La idea de presentar el cortometraje se hizo con el objetivo de intentar prevenir la violencia a través de un diálogo en la comunidad, y hacia afuera también, hablando de la opresión que puede existir hacia las mujeres indígenas.
“Yo quería crear un debate acerca de eso por eso ella aceptó que la siguiera”.
Tres generaciones de mujeres indígenas
Magaly cuenta la vida de su madre, empleada desde los 9 años en una estancia ganadera. Tuvo un destino trágico porque murió al dar nacimiento a su hija Magaly. Y Magaly se dio cuenta de que se encontraba como en un círculo vicioso de violencia que continuaba en su propia vida.
“En la película explotamos el paralelo entre las dos historias y además se trata de transmitir la historia de su madre y su historia, ambas dramáticas, a su propia hija que se llama también Magaly”.
Historia Universal
“Es una historia universal. Es obvio que el documental se da en un contexto latinoamericano, en Bolivia. Pero cuento la historia de una manera más universal posible, sin dar demasiados detalles del lugar. Eso conlleva la idea de que hubiera podido pasar en cualquier parte del mundo, como en Canadá. Es una historia de abusos y que puede tener impacto en la generación siguiente. Y es muy difícil cortar ese círculo”.
La película da pistas para tratar de resolver ese destino y la idea no es otra que la de dialogar, hablar.
Diplomado de la Escuela de Medios de la UQAM, Frédéric Julien trabaja desde hace doce años en el medio de la película documental como director, guionista, camarógrafo y editor. En México, firmó la fotografía de Máximo (mejor corto documental – Festival de Cine Riviera Maya 2006) antes de co-dirigir la película con Saël Lacroix Discurso de agua, premiada en varios festivales internacionales. De 2009 a 2013 trabajó como cineasta-formador en Wapikoni en las comunidades aborígenes en Quebec y en América Latina, una experiencia que le inspiró Las 3 Magaly.
La película se presenta en la Cinemateca quebequense del 19 al 25 de mayo.
Esto y mucho más en la conversación de Leonora Chapman con el director de cine Frédéric Julien.
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