Tras el atentado, más violencia en Kabúl

Una protesta para pedir mayor seguridad en Kabul, la capital de Afganistán, resultó en violencia, con la policía disparando hacia los manifestantes que lanzaban piedras. La demostración se organizó tras el ataque suicida con bomba ocurrido horas antes en el barrio diplomático de la ciudad, que dejó 90 muertos.

Como consecuencia de las refriegas, varios manifestantes resultaron muertos, al tiempo que las autoridades confirmaron que hubo numerosos policías heridos.

Más de 1000 personas se lanzaron a las calles para protestar por el hecho de que los responsables de la seguridad no hayan podido evitar el atentado, uno de los más violentos que haya padecido la ciudad tras el despliegue de fuerzas internacionales en 2014.

Durante la protesta, la policía disparó gases lacrimógenos hacia el cielo a manera de advertencia, al tiempo que unos 100 manifestantes corrían hacia ellos, algunos arrojando piedras.

Cuando el grupo de personas intentó aproximarse al palacio presidencial, las fuerzas de seguridad repelieron con disparos de agua y una nueva andanada de gases.

Los reportes sobre el saldo de los enfrentamientos muestran cifras contradictorias. Un miembro del parlamento dijo que al menos 8 manifestantes resultaron muertos por la policía.

Por su parte, el jefe policial sólo confirmó dos decesos y agregó que al menos 25 de sus efectivos resultaron heridos al ser impactados por las piedras lanzadas por los manifestantes.

Varios de los participantes en la marcha portaban fotos de los daños producidos por el atentado y de miembros del gobierno, llevado a cabo mediante el estallido de un camión cargado de explosivos.

Un comerciante de la zona afectada dijo que 4 miembros de su familia murieron en la explosión y que es hora de un cambio de liderazgo político en el país.

Hasta el momento no hubo reivindicación de la autoría del ataque, que se llevó a cabo durante la primera semana de la celebración del Ramadán por parte de los musulmanes.