Dos semanas después de la difusión de la primera temporada en los Estados Unidos, la serie La sirvienta escarlata, una adaptación de la novela El cuento de la criada, de la autora canadiense Margaret Atwood, sigue dando que hablar.
Un país bajo las garras de un régimen totalitario en el que la élite utiliza la esclavitud sexual como una solución a un grave problema de infertilidad, y donde Canadá es visto como un refugio; el guión de La sirvienta escarlata cautivó a los espectadores esta primavera y resonó en una América marcada por Donald Trump, enemigo número uno de los grupos de derechos de las mujeres.

Los Estados Unidos se convierten en La sirvienta escarlata en la República de Galaad, a través de un golpe de Estado fomentado por un grupo ultraconservador. En esta dictadura, las mujeres que no provienen de esta élite puritana se ven privadas de sus derechos, sus propiedades y sus hijos.
Algunas mujeres, entre ellas el personaje principal Defred (llamada así debido a su pertenencia a su amo, Fred), se convierten en posesión de las familias ricas que las utilizan para dar a luz a sus hijos.

Un escenario inquietante
Desde la llegada al poder de Donald Trump en los EE.UU., la novela ha escalado las listas de ventas. El mismo fenómeno se da en Canadá.
Esta novela distópica ¿podría alguna vez llegar a ser verdad? En marzo, Margaret Atwood, quien dijo haberse inspirado de casos de poligamia en Estados Unidos y en el Tercer Reich para escribir la novela, abordó la cuestión en un editorial publicado en The New York Times.
«No, no es una predicción, porque no podemos predecir el futuro, escribió la novelista canadiense. Hay demasiadas variables y posibilidades. Digamos que se trata de una “antipredicción”, si se puede describir con precisión este futuro, tal vez no venga. Pero no podemos depender del pensamiento mágico. »
Por su parte, la directora Reed Morano, que firmó los tres primeros episodios de la serie, cree que ciertos elementos del cuento de La sirvienta escarlata no están tan lejos de la realidad.
«Todo lo que está en el libro se produjo o se produce algún lugar del mundo. Esto parece más actual ahora, ya que ocurre todos los días, cosas que nos preocupan. »

Elisabeth Moss, quien interpreta Defred, se ha sorprendido por la acogida que alcanzó la serie en los EE.UU., y las discusiones que provoca. Ella discutió en un evento en Nueva York en mayo.
«No se puede anticipar la forma en que el público va a reaccionar o incluso cómo los países van a reaccionar», dijo la actriz, conocida por su papel de Peggy Olson en Mad Men. «No podía prever que este sería un tema de discusión. »
La prueba de que la serie marcó el discurso dominante en los Estados Unidos, los atuendos escarlatas de las sirvientas ya han inspirado a manifestantes, que se vistieron así durante una manifestación esta semana para denunciar el último intento del Congreso de Estados Unidos de anular sustituir al programa de seguro de salud Obamacare.
Radio-Canada/ Agence France-Presse
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