La Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) incluyó en su nómina al sitio arqueológico del Muelle de Valongo, en el centro de Río de Janeiro, que fue por donde cerca de 900.000 mil esclavos africanos fueron desembarcados en continente americano.
El Comité del Patrimonio Mundial de la entidad, reunido en Cracovia, evocó el recuerdo de la llegada de esclavos desembarcados sobre el lugar, donde se erige un muelle de piedra construido a partir de 1811, como fundamento para su decisión.
Según la historiadora Katia Bogea, presidenta del Instituto Nacional del Patrimonio Histórico y Artístico, citada por la agencia AFP, Valongo merece figurar acompañando a otros lugares simbólicos para la memoria colectiva como Hiroshima o Auschwitz.

Según argumentó la especialista delante del comité de la UNESCO, la protección del patrimonio “nos obliga a acordarnos de esos tramos de la historia de la humanidad” de los que no deberíamos olvidarnos.
Valongo constituye el principal vestigio físico asociado a la llegada de esclavos africanos al continente americano, transportados en masa en un principio por los “conquistadores”, para utilizarlos como mano de obra en las colonias.
El Muelle de Valongo fue desapareciendo progresivamente con el tiempo, hundiéndose en la tierra o tapado por diversas capas de materiales utilizados en la renovación y modernización de la zona.
El lugar resurgió en 2011, a partir de los trabajos de excavación efectuados antes de las tareas de revitalización de la zona portuaria, una de las obras destacadas entre las que se llevaron a cabo antes de los Juegos Olímpicos de Río, celebrados en 2016.

El muelle constituye la contrapartida de la Isla de Gorea, clasificada como patrimonio mundial en 1978 y reconocida como el sitio desde el que partieron los esclavos africanos hacia América.
Según los historiadores, los esclavos no permanecían mucho tiempo en Río de Janeiro. Una vez vendidos, eran trasladados hacia las plantaciones y molinos en los que se procesaba la caña de azúcar, las minas de oro o los campos de Café en distinto puntos del país.
Los especialistas estiman en 4 millones los esclavos africanos llegados en total a Brasil, es decir, cerca del 40 por ciento del total de los arribados al continente.
Brasil, que fue uno de los últimos países sudamericanos en abolir la esclavitud, cuenta con una de las mayores poblaciones de raza negra de la región.
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