El bombero Kory MacAusland de la Isla del Príncipe Eduardo nunca imaginó que estaría ayudando a 1.000 bomberos en México, pero este año es exactamente lo que hará con su organización, The Canadian Bomberos.
Todo comenzó cuando entrenaba a bomberos en el estado mexicano de Querétaro en 2015 y vio el mal estado de algunos de los equipos.
«El plan desde el inicio fue algunos juegos de herramientas y bolsos», dijo.
Eso creció a 250 juegos completos de equipos en mayo del año pasado, más mangueras, equipos de rescate y otros de emergencia. El movimiento creció para incluir donaciones no solo de la Isla del Príncipe Eduardo sino de Nueva Escocia, Quebec y Ontario, y sigue extendiéndose.
En la Conferencia Anual de la Asociación de Jefes de Bomberos Marítimos el fin de semana pasado, alcanzaron la marca de 1000 juegos.
Solidaridad que salva vidas
Dos bomberos de Querétaro visitaron la conferencia y agradecieron a los donantes.
Fernando Palacios dijo que los 11 departamentos de bomberos que compartirán la ayuda canadiense nunca podrían haberse pagado esos equipos.
«El 52 por ciento del costo de mi departamento de bomberos es financiado por la municipalidad y el estado. Pero ese 52 por ciento va casi todo a la gasolina y salarios. Nunca hay suficiente dinero para conseguir equipos».
Palacios dijo que los equipos estaban en tan mal estado en algunos departamentos que perjudicaban el trabajo de los bomberos.
«Ellos hacían el trabajo sin el equipo o con un equipo en mal estado, y se podía ver que utilizaban jeans como calzoncillos debajo de los pantalones», dijo.
Palacios dijo que las donaciones deberían ayudar a reducir lesiones y muertes.
Contó que los bomberos se sorprendieron al ver el primer cargamento. Ahora no pueden creer que mil bomberos recibirán más ayuda. Por eso, dijo en la conferencia, se siente honrado y agradecido.
«La mayor parte del equipo que hemos visto en esta visita es como nuevo, y para nosotros un equipo de diez o quince años es como nuevo», dijo.
El equipo donado ya no está a la altura de las regulaciones canadienses, pero sigue siendo seguro. Todo se inspecciona en Canadá, se limpia y luego se inspecciona nuevamente en México.
MacAusland dijo que están planificando para el próximo año llevar el programa a Uruguay.
«Por supuesto que te hace sentir bien», dijo. «Alimenta el alma, así que es algo que seguiremos haciendo».
RCI/CBC
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