El director de cine de horror, George A. Romero, fallecido el 16 de julio en Toronto.

El director de cine de horror, George A. Romero, fallecido el 16 de julio en Toronto.
Photo Credit: Amy Sancetta/Associated Press

George A. Romero no necesita ser zombie para seguir vivo

El pasado domingo 16 de julio falleció en la ciudad de Toronto el cineasta estadounidense-canadiense George Andrew Romero, considerado como el creador de los zombies en el cine. Tenía 77 años.

Romero nació el 4 de febrero de 1940 en la ciudad de Nueva York. Creció en el barrio de Bronx, leyendo historietas de horror y viendo películas de este género en el cine del barrio, en una época en la que no existían las máquinas lectoras de videos.

Su segundo hogar fue de alguna manera las salas del cine Loews del barrio, donde veía películas como “Ataque de la mujer de 50 pies de altura”, filmada en 1958 y dirigida por el rumano-estadounidense Nathan H. Juran.

Residente en la ciudad de Pittsburgh por largos años, George A. Romero comenzó a vivir en Toronto en 2004, ciudad en la que filmó dos películas de horror.

Fue en esta metrópolis canadiense, Toronto, que George A. Romero encontró “una nueva familia, un buen equipo de trabajo y los incentivos económicos adecuados”. Otra de las razones es que él tenía una novia.

Romero murió debido a un cáncer de pulmón. Su familia informó que el director de películas de horror falleció mientras escuchaba la trama sonora de una película filmada en 1952, “The Quiet Man”, “El hombre tranquilo”, una de sus películas favoritas, junto a su esposa Suzanne Desrocher y su hija Tina Romero a su lado.

George Andrew Romero ganó un lugar en la historia del cine y la cultura popular con su primera producción, una película de horror considerada como un clásico “La noche de los muertos vivientes”, filmada en 1968 en Pensilvania, una película que en principio se llamaba “The night of the Flesh-eaters”, “La noche de los devoradores de carne humana”. Una película que, según Romero, hizo dinero.

Detalle del afiche de la película de Romero *La noche de los muertos vivientes*.
Detalle del afiche de la película de Romero *La noche de los muertos vivientes*. © FB

A Romero se le atribuye la reinvención del zombi como personaje. Su película “La noche de los muertos vivientes” estableció las reglas que sus seguidores respetan dentro el género: los zombis se mueven lentamente, les encanta comer carne humana y sólo pueden ser eliminados con un disparo en la cabeza. Si un zombi muerde a un humano, la persona muere y se transforma en un zombi.

Sin embargo, los zombis de Romero fueron siempre más que simples caníbales. Sus películas son metáforas que muestran en la pantalla el conformismo, el racismo, el consumismo y la omnipresencia de los centros comerciales, el militarismo, las brechas entre las clases sociales y otros males que afectan gravemente la sociedad actual.

“La noche de los muertos vivientes”, filmada con un presupuesto de 117.000 dólares estadounidenses, incluía muertos vivos hambrientos de carne tratando de devorar a un grupo de humanos escondidos en una casa de Pensilvania. En 1999, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos incluyó esta película en blanco y negro en el Registro Nacional de Películas como obra maestra.

Para muchos, esta película era una crítica al racismo prevalente en la sociedad estadounidense. El único personaje que sobrevive a los zombies es un afroamericano que al final muere baleado por la gente de raza blanca que viene a socorrer a los sitiados por los muertos vivientes.

El celebrado crítico de cine Roger Ebert dijo de “La noche de los muertos vivientes” que era «una de las mejores películas de terror jamás hechas y, como resultado ineludible, era una de las más horripilantes, macabra, repugnante, desagradable, violenta, brutal y espantosa. Pero es también una película brillante, divertida, cómica y salvajemente despiadada en su visión satírica de la sociedad de consumo estadounidense».

Romero tenía una relación a veces combativa con el género que ayudó a crear, explicando que no le interesaba hacer películas de terror si no podía incluir en ellas sus posiciones políticas.

Con la muerte de George A. Romero se cierra un capítulo fundamental en la historia del cine mundial. Y pese a que él está muerto, y no volver{a como un zombie, sus películas seguirán siendo por largo tiempo un reflejo sardónico de una sociedad de consumo que encuentra en sus centros comerciales el lugar donde se reúnen los muertos vivientes.

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Categorías: Artes y espectáculos, Internacional
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