En Venezuela, en una importante escalada de protestas contra un gobierno acusado de despreciar la voluntad popular, la oposición pidió este lunes un paro nacional contra el presidente Nicolás Maduro.
La oposición espera que restaurantes, tiendas y el transporte público suspendan todas sus actividades este jueves en lo que sería la primera huelga de 24 horas en casi cuatro meses de manifestaciones contra el gobierno que han llevado a unas cien muertes. La oposición también anunció que tomará medidas para establecer un gobierno de «unidad nacional» y nombrar nuevos jueces alternativos a la Corte Suprema de Maduro.
Estas últimas declaraciones plantean la posibilidad de una estructura estatal paralela para desafiar a las instituciones controladas por el gobierno.
«No vamos a permitir la destrucción de Venezuela, el país rechaza abrumadoramente al régimen de Maduro», dijo el líder de la oposición, Freddy Guevara.
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Freddy Guevara, vice-presidente de la Asamblea Nacional venezolana. Foto : ©REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
El referendo del domingo
Según la oposición venezolana, el voto no oficial organizado el domingo pasado, logró la participación de 7,6 millones de personas. El referendo tenía como objetivo deslegitimar a un hombre al que la oposiión llama «dictador».
Entre las demandas de la oposición al gobierno en el poder están:
- una elección presidencial (esperan poder detener el plan gubernamental para crear un polémico cuerpo legislativo llamado Asamblea Constituyente en una votación que tendrá lugar el 30 de julio).
- la libertad de unos 400 activistas encarcelados,
- la independencia de la legislatura controlada por la oposición
- el permiso para la entrada al país de ayuda humanitaria extranjera a los venezolanos que sufren escasez y hambre.
Guevara dijo que la oposición sólo hablaría con el gobierno si el plan constitutivo fue retirado. La dura estrategia recuerda los acontecimientos antes de un golpe de corta duración contra el predecesor y mentor de Maduro, Hugo Chávez, en 2002.
Por su parte, el gobierno de Maduro ha reducido al mínimo el impacto de esta consulta recordando que se considera ilegal. Nicolás Maduro instó a sus oponentes a «no perder la cabeza» con los resultados de la consulta del domingo y más bien «sentarse a discutir.»
Para evitar que la oposición ocupara todo el espacion mediático el domingo, el gobierno invitó a los ciudadanos a informarse sobre las elecciones del 30 de julio y salir a votar ese día. El domingo mismo, presentó las máquinas que se utilizarán para votar.
Cabe recordar que la consulta simbólica del domingo recibió el apoyo de las asociaciones de la sociedad civil, las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y varios gobiernos de América Latina y Europa.
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Manifestación contra el presidente Nicolas Maduro en Caracas. Foto: ©Reuters/Carlos Garcia Rawlins
Un poco de contexto
A principios de este año, la oposición estaba completamente descorazonada después de fallar en su intento de realizar un referendo para revocar el mandato del Presidente Maduro. Los opositores al gobierno de Maduro parecían desunidos.
En esta misma época, el gobierno trató de transferir todos los poderes de la Asamblea Nacional (controlado por la oposición) a la Corte Suprema con el objetivo de ajustar su grave problema de flujo de efectivo. Esto creó una ruptura en el país. La Procuradora General de la República, Luisa Ortega, quien hasta entonces había sido leal al chavismo, afrimó que la medida violaba el estado de derecho venezolano.
La Organización de Estados Americanos (OEA) intervino, y la oposición se revitalizó.
Fuentes: Reuters y CBC/Radio-Canada
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